El activista de derechos humanos y bloguero chino Wu Gan, conocido por usar la ironía y el humor en sus campañas, fue condenado hoy a ocho años de cárcel por «subversión contra el poder del Estado», según informó el tribunal de la ciudad de Tianjin (norte) donde se dictó la sentencia.
La sentencia del juicio, iniciado el 14 de agosto en el Tribunal Popular Número Dos, también condenó a Wu a cinco años de privación de sus derechos políticos.
Como ocurrió en el inicio del juicio, la policía impidió el acceso de periodistas a las inmediaciones del recinto.
Wu, de 45 años y conocido en la red por el apodo «Supercarnicero Vulgar», estaba acusado de «difundir información falsa en internet, exagerar casos controvertidos y atacar al régimen», según los medios oficiales chinos.
El activista fue detenido en mayo de 2015 cuando protestó en Nanchang, una ciudad del sureste del país, para denunciar que cuatro personas habían sido torturadas para que confesaran forzadamente haber participado en un crimen (un año después fueron declarados inocentes).
En agosto de 2016 fue nuevamente arrestado y denunció haber sido torturado, mientras su familia fue amenazada para que él confesara la comisión de determinados delitos.
Wu saltó a la fama en 2009 al denunciar el caso de Deng Yujiao, una joven china que mató a un político local en la provincia de Hubei (sur) cuando éste intentó abusar sexualmente de ella.
El caso fue muy mediático, despertó una ola de simpatía hacia la mujer entre la opinión pública china y hasta inspiró parte de la película «Un toque de violencia», del director chino Jia Zhangke, premiada en el Festival de Cannes 2013 al mejor guión.
Wu también trabajó como ayudante en el bufete de abogados Fengrui, una de las principales víctimas de la campaña que desde 2015 el régimen comunista ha lanzado contra letrados por defender casos relacionados con los derechos humanos.
Una de las abogadas de la firma, la célebre Wang Yu, defendió a Wu tras su primera detención, pero ella misma fue posteriormente arrestada, como parte de la campaña de las autoridades contra estos profesionales.
El «Supercarnicero Vulgar», que antes fue soldado y guardia de seguridad, comenzó su activismo hace una década, y se sospecha que su padre, Xu Xiaoshun, fue condenado en 2016 por fraude como castigo a las actividades de su hijo.
El delito de subversión contra el poder del Estado es frecuentemente atribuido a disidentes y presos de conciencia, y fue por ejemplo el que le costó una condena de 11 años de cárcel al escritor y nobel de la Paz Liu Xiaobo, fallecido en julio de este año.
Aquella sentencia, dictada en 2009, se emitió un 25 de diciembre, en fechas navideñas como las actuales, lo que hace sospechar que el régimen comunista aprovecha estas festividades, en las que menos periodistas extranjeros se encuentran trabajando en el país, para concluir sus procesos más controvertidos.