Al menos siete personas murieron y otra más resultó herida en un atentado suicida este lunes en Kabul, en el que un insurgente detonó el chaleco que llevaba cargado de explosivos cerca de una oficina de la principal agencia de inteligencia afgana.
El atacante, que iba a pie, detonó el chaleco hacia las 08.00 hora local (03.30 GMT), cerca de una oficina del Directorio Nacional de Seguridad (NDS) en el área de Shashdarken en Kabul, afirmó el portavoz del Ministerio afgano de Interior, Nasrat Rahimi.
En el atentado murieron al menos siete personas, incluido el atacante, y otra más resultó herida, aseguró el portavoz del Ministerio de Salud Pública, Ismail Kawsi.
El grupo terrorista Estado Islámico (EI) asumió la autoría del atentado. En un comunicado del EI difundido a través de sus cuentas de Instagram, y cuya veracidad no ha podido ser comprobada, se identifica al suicida como Mohsen al Jorasani y se asegura que logró superar la puerta exterior del complejo de seguridad y detonar el cinturón de explosivos que llevaba adosado al cuerpo junto a un grupo de agentes.
El ataque a un puesto del NDS se produjo exactamente una semana después de que tres insurgentes asaltaran un centro de entrenamiento de esa agencia de inteligencia en Kabul.
El atentado se saldó con la muerte de los tres insurgentes y con dos soldados heridos tras cinco horas de enfrentamientos y fue reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), según un mensaje de la agencia de noticias Amaq, vinculada a los terroristas, en la que aseguraron que dos combatientes participaron en la acción.
La capital afgana ha sido objetivo este año de graves ataques insurgentes.
Hace un mes, al menos 17 personas, entre ellas 8 policías, murieron y 18 resultaron heridas en un ataque suicida en la entrada de un hotel en el noroeste de Kabul.
Además, a finales del pasado mayo se produjo en la capital afgana el peor atentado en el país desde 2001, cuando un camión cargado de explosivos causó 150 muertos y más de 300 heridos.
Desde el final de la misión de combate de la OTAN en enero de 2015, Kabul ha ido perdiendo terreno ante los insurgentes hasta controlar apenas un 57 % del país, según el inspector especial general para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR) del Congreso de Estados Unidos.