Uno de los cuatro misioneros británicos que una banda de hombres armados había tomado como rehén a mediados de octubre en el suroeste de Nigeria fue ejecutado por sus secuestradores, informan este lunes medios locales.
Después de semanas de negociaciones, los secuestradores liberaron a los otros tres misioneros (David Donovan, Shirley Donovan y Alanna Carson), que estaban ilesos, asegura el canal de televisión nigeriano Channels TV.
El misionero ejecutado se llamaba Ian Squire, y trabajaba junto a sus compañeros en una clínica comunitaria en el área del delta del río Níger, donde eran conocidos por su filantropía, cuando fue secuestrado el pasado 13 de octubre.
Después de que trascendiera la noticia, la Policía nigeriana aseguró que se habían producido detenciones en el marco del caso, aunque no ofreció más detalles al respecto.
Los secuestros para pedir rescates se han convertido en un problema habitual en Nigeria, especialmente debido a la recesión que afecta actualmente al país, la peor en 25 años.
El estado de Delta es uno de los motores de la economía nacional gracias a su producción petrolífera, que aporta un alto porcentaje de los ingresos de Nigeria.
Los trabajadores de estas plantas petrolíferas son el principal objetivo de las bandas criminales que operan en la zona, entre las que hay militantes de movimientos que exigen que el Gobierno nigeriano invierta más dinero en esta empobrecida región del país.
La grave situación económica por la que pasan los habitantes de Delta y otras regiones colindantes ha provocado que muchos de los que no pudieron terminar sus estudios se hayan visto obligados a recurrir a los secuestros y a sabotear las plantas de producción de crudo, obligando al Ejecutivo a negociar con los líderes locales.
Sin embargo, la oleada de secuestros se ha extendido por todo el país y actualmente también afectan a ciudadanos nigerianos, a los que exigen grandes sumas de dinero a cambio de su libertad.