Al menos 13.854 personas han muerto por los bombardeos de Rusia, aliada del Gobierno de Damasco, en Siria, que comenzaron el 30 de septiembre de 2015, reveló hoy el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. De los fallecidos, al menos 5.703 eran civiles, de los que 1.399 eran menores y 825 mujeres, según datos de la ONG.
Los ataques aéreos rusos también han causado bajas en el grupo terrorista Estado Islámico (EI), que ha perdido a 4.258 de sus combatientes.
Además, al menos 3.893 milicianos de facciones rebeldes e islámicas, entre las que figura la exfilial de Al Qaeda y otros grupo radicales como el Ejército Islámico Túrquico, han perecido en territorio sirio por los bombardeos de la fuerza aérea de Rusia.
El Observatorio recordó que la aviación rusa ha usado en sus ataques bombas de racimo cargadas con una sustancia denominada termita, compuesta de polvo de aluminio y óxido de hierro y que provoca quemaduras porque su combustión dura alrededor de tres segundos tras ser lanzada.
Asimismo, la ONG destacó que tras la intervención rusa en la guerra en Siria hace dos años, el Gobierno de Bashar al- Asad ahora tiene un 48 % del país, después de que controlara solo el 22 % en los últimos meses de 2015.
Tanto Moscú como Damasco afirman que el objetivo de los bombardeos son las organizaciones terroristas, pero el Observatorio y opositores aseguran que los aviones rusos también tienen como blanco zonas residenciales y bases de brigadas opositoras, como el Ejército Libre Sirio (ELS).