El magnate británico Richard Branson ha sido testigo de excepción del paso del huracán Irma, el más potente registrado jamás en el Atlántico, por las Islas Vírgenes.
El dueño de Virgin resistió a la devastación atrincherado en la bodega de la lujosa mansión que se alzaba en la isla Necker, una posesión que quedó literalmente destruida como mostró en imágenes y un vídeo publicados en Instagram.
Con estos documentos el excéntrico millonario solicitó al gobierno británico que se pusiera manos a la obra en el envío de ayuda a toda la zona caribeña afectada por el paso del devastador huracán.
A su vez manifestó alivio por el hecho de haber construido una bodega resistente, y de que todo el personal que se quedó a su lado estuviera bien y a salvo.
Asimismo Branson anunció que a través de su fundación llevará a cabo proyectos de reconstrucción en toda la zona asolada.