Las autoridades migratorias estadounidenses han arrestado esta semana a cientos de inmigrantes sin papeles, con o sin antecedentes penales, durante una macrooperación que se ha desarrollado en seis estados y se trata de la primera acción policial de envergadura contra los indocumentados desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
La operación comenzó el lunes y terminó ayer al mediodía en Atlanta, Chicago, Nueva York, California y las dos Carolinas, donde los agentes han intervenido en domicilios y lugares de trabajo para detener a 'sin papeles' con y sin antecedentes penales.
Si bien durante la Administración Obama las autoridades migratorias llevaron a cabo operaciones similares -- sin ir más lejos, la operación 'Cross Check' de 2015 resultó en la detención de 2.095 inmigrantes sin papeles -- su alcance no se extendía a los indocumentados con un historial limpio de delitos.
El número exacto de detenidos no se ha dado a conocer en esta ocasión, pero solo en la zona de Los Ángeles unas 160 personas han pasado a disposición policial, según el director local de la agencia de Inmigración y Aduanas (ICE), David Marin, quien reconoció que un 25 por ciento de los detenidos carecían de antecedentes.
La operación ha sido confirmada por la portavoz del Departamento de Seguridad Interior - que supervisa al ICE -, Gillian Christensen, quien no obstante ha eludido hablar de «redada» y emplear el término oficial de «acciones policiales selectivas».
Los detenidos «son personas que suponían una amenaza pública o a la integridad del sistema de inmigración», en su mayoría «peligrosos criminales, algunos de los cuales habían sido condenados por asesinato o violencia doméstica».
Organizaciones por los derechos de los inmigrantes han destacado, por su parte, que la operación ha ido más allá de los seis estados originales identificados por el Departamento de Seguridad Interior, al haber recibido informaciones sobre redadas «inusualmente agresivas» en Florida, Kansas, Texas y Virginia.
«Estamos ante la primera ola de ataques de la Administración Trump y estamos seguros de que este no va a ser el único», ha denunciado la directora ejecutiva de la organización United We Dream.
Dado el inusual alcance de la operación, representantes como Joaquin Castro, demócrata por Texas, ha pedido al ICE «que aclare si todos los individuos detenidos suponen una amenaza violenta a la comunidad y que no se trata, en realidad, de gente que está contribuyendo al estado y criando a sus familias en paz».