El nuevo jefe militar de Estado Islámico, el excomandante de las fuerzas especiales de Tayikistán Gulmorod Jalimov, recibió adiestramiento antiterrorista en Estados Unidos y en su país antes de culminar su radicalización desertando en abril de 2015 y uniéndose a la organización yihadista, con la que ya aparecía en un vídeo propagandístico fechado en mayo de ese mismo año.
Jalimov, que debe ocuparse de dirigir los combates de los terroristas de negro en la decadencia de su dominio en Siria e Irak –en el primer territorio llevan semanas cediendo terreno alrededor de la frontera con Turquía, y en el segundo, parece inminente la ofensiva sobre Mosul, su gran feudo y la segunda ciudad del país–, sustituye al frente del aparato armado del EI a otro miliciano originario de un país exsoviético, Tarján Batirashvili, conocido como 'el checheno', quien fue abatido en Irak el pasado mes de julio.
Sin embargo, el militar de élite reconvertido en mercenario no pierde de vista sus orígenes, y según los servicios de inteligencia tayikos habría amenazado a algunos militares excompañeros suyos con «felicitarles» en el 25º aniversario de la independencia del país, que se celebra el 9 de septiembre.
Además, estas amenazas coinciden con el primer aniversario de un intento fallido de golpe de Estado en la república centroasiática, que habría sido impulsado por extremistas islámicos locales.
Asimismo, la oficina del fiscal general de aquel país, Manuchehr Makhmudzod, abrió contra él una orden de busca y captura por crímenes que incluyen alta traición y la participación ilegal en acciones militares en el exterior.
Desde Washington también consideran a Jalimov un «líder clave» del grupo yihadista, y la semana pasada ofrecieron una recompensa de 3 millones de dólares por cualquier tipo de información sobre él.