Las autoridades de Camboya comunicaron este miércoles a la mallorquina Marga Bujosa Segado la orden de abandonar el país sin darle más explicaciones, denunció la interesada. Regresa vía Barcelona y dentro de pocos días estará en Palma.
La causa real de la deportación es el activismo de Bujosa por los derechos humanos. El comandante general Uk Heisela explicó que la expulsan porque «no tiene permiso de trabajo. Es una extranjera y se ha sumado a manifestaciones y protestas contra nosotros. Hay miles de extranjeros aquí, pero sólo ella se comporta de esta manera».
La mallorquina, que se encontraba en Phnom Penh por un trabajo para el Instituto de Investigación de Estudios de Mujeres y de Género de la Universidad de Granada desde 2009, explicó por teléfono que todo empezó el lunes cuando la policía detuvo a dos compañeras camboyanas. Esa misma noche, ella y varios amigos acudieron a comisaría para interesarse por la suerte de las detenidas. Regresaron el martes por la mañana, momento en el que Marga fue retenida y le requisaron el pasaporte. «Me dejaron en la oficina de Inmigración durante todo el día», relató Bujosa. Añadió que salió por la noche con la orden de regresar por la mañana del miércoles a recoger el pasaporte. Volvió y en vez de recibir el pasaporte le quitaron el teléfono móvil y le dijeron que iba a ser deportada por la noche, aplazando las explicaciones para más adelante.
«Me han cogido y me han dicho que te deportamos (...) me han hinchado a patadas (...) se han comportado como los jemeres rojos», recuerda Bujosa, que se ha tenido que pagar el billete de avión de vuelta. La mallorquina dijo que ha denunciado el maltrato a la Embajada de España, con la que ha hablado por teléfono, y se lamentó de que durante todo el incidente no haya tenido ayuda diplomática o consular alguna.
Bujosa señaló que ha contado al menos, a través de las redes sociales, con la experiencia del español Alejandro González-Davidson, cofundador de la ONG Mother Nature Cambodia, a quien le agradeció la ayuda.