Miles de partidarios de la oposición venezolana protestaron este miércoles, por tercera vez en una semana, para exigir la activación de un referéndum revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro. En las principales ciudades del país marcharon hacia las sedes del Consejo Nacional Electoral (CNE). Sin embargo, en la capital, Caracas, un fuerte contingente de policías antimotines que lanzó varias bombas lacrimógenas impedía a los manifestantes avanzar.
La coalición de partidos de oposición, Mesa de la Unidad Democrática (MUD), acusa al CNE de querer dilatar el revocatorio, ya que si no se realiza este año la Constitución establece que, en caso de que el presidente sea revocado, sería su vicepresidente quien concluiría el mandato sin nuevas elecciones.
«Los guardias y la policía nos tiraron gas pimienta. Estábamos tratando de llegar al CNE», dijo Alfredo González, de 76 años, quien se cubría la boca con un pañuelo tras un forcejeo con las fuerzas se seguridad. «Tienen miedo, la gente está cansada, tenemos hambre».
El miércoles de la semana pasada, una nutrida marcha de la oposición no pudo llegar a la sede del CNE en Caracas tras ser bloqueada por las fuerzas de seguridad. El sábado, miles de disconformes con el Gobierno socialista de Maduro también salieron a las calles. La oposición busca revocar el mandato de Maduro, que termina en 2019, por considerarlo el principal responsable de la crisis económica que sufre Venezuela, con la inflación más alta del mundo, recesión y escasez de bienes básicos.
Por su parte, el Parlamento rechazó «por inconstitucional» el decreto de «estado de excepción y emergencia económica» que emitió el presidente Nicolás Maduro el viernes pasado para hacer frente a supuestas amenazas de golpe de Estado. «Es un Gobierno débil al que lo único que le queda es la fuerza bruta, el miedo y la amenaza», criticó el jefe de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en la Asamblea, Julio Borges.