El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, participó en el capítulo estreno de la nueva temporada de Salvajemente famosos, programa en formato reality conducido por Bear Grylls, que permite a los televidentes conocer las verdaderas personalidades de las celebridades, sus sorprendentes confesiones y sus secretos más ocultos.
Emitido por Discovery Channel el pasado 14 de enero, en el programa, Obama confiesa cosas como la importancia que tiene la fe en su vida; que nadie le hace sentir «más feliz o más estúpido» que sus hijas; que no le gustaría que éstas se involucraran en política aunque las apoyaría totalmente si tomaran esa decisión, o incluso que no tiene problemas de flatulencia.
Obama confiesa a Bear Grylls, mientras comparten unos despojos de salmón dejados por un oso en la orilla de un río en Alaska, que vio por primera vez el edificio de la Casa Blanca cuando tenía 21 años. «Nunca imaginé que un día estaría del otro lado de la ventana. Nadie esperaba que un hijo de madre soltera nacido en Hawái, y llamado Barack Obama, llegara a presidente; es algo muy improbable», apostilla.
En otro momento del programa, el presidente de los Estados Unidos afirma que en su trabajo en la Presidencia ha aprendido a «ser persistente; yo creo mucho en eso», subraya.
Señala al respecto que «han realizado estudios sobre niños de barrios o regiones destruidas por la guerra y, los niños que sobreviven, no son necesariamente los más inteligentes, ni los más saludables, sino los de más resiliencia, y creo que eso se aplica en cualquier circunstancia. Creo que muchas de las cosas que uno hace no salen bien; pero si uno es decidido, puede progresar mucho. Y hay que mantener una especie de equilibrio para no perder la perspectiva; para mantenerse resuelto», expone.
Respecto a cual le gustaría que fuera el legado de su mandato, señala que han dado acceso a la salud «a millones de personas que no tenían"; recuperado una economía «que estaba globalmente al borde de una gran depresión», y destaca que la agenda sobre el cambio climático también es muy importante. «Creo que tendrá un impacto significativo en la vida de las futuras generaciones». «Y hay mucho por mejorar, pero trabajando juntos, podemos hacer la diferencia», apostilla.
La importancia de la fe
«La fe es importante en su vida?», pregunta Bear Grylls al mandatario estadounidense. «Absolutamente. Hay una frase de mi presidente favorito, Lincoln (Abraham), que dijo: si no eres religioso antes de asumir el cargo, te volverás humilde y terminarás de rodillas pidiéndole ayuda a Dios».
«Siempre les digo a mis hijas que no deben creer en todo cuando las cosas marchan bien y desesperarse cuando salen mal», dice Obama, quien explica que lo que trata de enseñarles es «a ser útiles, y a ser buenas personas. Porque si uno hace ambas cosas, donde a uno quiera que le lleve su pasión, tendrá éxito», dice convencido.
Respecto a como compagina el hecho de ser presidente y padre, comenta que ahora está más tiempo con las niñas porque vive donde trabaja, «y a veces, a las seis en punto, puedo subir y cenar con ellas y si debo volver a trabajar, eso hago. Cenar con ellas es algo que disfruto más que antes de ser presidente», afirma, y añade: «Y si he tenido un día de grandes preocupaciones, la posibilidad de estar en casa y escuchar a las niñas me da otra perspectiva y me renueva».
En cuanto al futuro, confiesa que no le gustaría que sus hijas se involucraran en política «pero si me dijeran que quieren postular a un cargo las apoyaría completamente porque creo que es un trabajo noble si se hace por los motivos correctos y de la manera correcta».
En el programa, el aventurero y experto en supervivencia Bear Grylls, que conduce celebridades a algunos de los lugares más salvajes y remotos de los Estados Unidos, explica que una de las cosas que más le ha sorprendido del presidente de Estados Unidos es «lo sencillo y práctico» que es.
Y es que durante la grabación, Obama aprende rápidamente a hacer fuego. «Nunca había hecho fuego sin cerillas ni encendedor, por eso tendré que comprar una de estas cosas, funciona muy bien. Asumo que el servicio secreto tiene uno, tendré que comprobarlo» bromeó el presidente.
También confiesa sin problemas, cuando le pregunta si iría de campamento con su esposa, Michelle, que a ésta «no le gusta mucho dormir a la intemperie; pero le gusta el excursionismo y está en muy buena forma, pero cuando anochece, creo que prefiere unas buenas sábanas», indica.
En otro momento del programa, Obama pregunta al reportero: «Qué comeremos», a lo que Grylls responde que Alaska es la tierra de los osos y los salmones. Entonces le muestra un salmón destripado que encontró a la orilla del río y le pide que no se asuste.
«Creo que el presidente se sorprendió cuando le mostré ese salmón a medio comer», dijo Bear. «Cuando me dijo que un oso se comió parte del pescado, hubiera preferido no saberlo» confesó a su vez Obama.
Y estando en un programa de supervivencia, no podían faltar preguntas como si el presidente de los Estados Unidos bebería su propia orina para sobrevivir. «Bebería mi propia orina si la alternativa fuera morir pero no lo convertiría en un hábito ni lo haría para un programa de televisión», responde Obama, quien se despide de su acompañante diciendo que «lo pasó increíble» y que fue «un gran día».
«Es una buena manera de pasar el día; es mejor que un día normal en la Casa Blanca, eso seguro» dice Obama, a quien el presentador le pide al final que firme un autógrafo para su mujer en un abridor de botellas con la imagen del presidente. «Este es el clásico. Estoy en forma pero creo que ese abridor de botellas es un poco antiguo» bromea Obama.