Una docena de personas fueron arrestadas la pasada madrugada en diversos puntos de la región de París en una operación policial en relación con los atentados de la semana pasada.
Las detenciones en la periferia de la capital francesa corrieron a cargo del cuerpo de operaciones especiales de la policía, RAID, y según indicó hoy en una breve declaración a la prensa el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, la mayor parte de los arrestados tenían antecedentes por delitos comunes.
Desde los ataques de la semana pasada, que se cobraron 17 víctimas mortales, una célula operacional gestiona la acción del conjunto de policía y gendarmería y garantiza en tiempo real la circulación de información y un control coordinado de las operaciones en busca de posibles cómplices, apuntó.
Los arrestos de esta madrugada, según añadió el primer ministro, Manuel Valls, muestran la determinación del Estado para desmantelar la red de todos aquellos que puedan haber participado en los ataques, y su intención de actuar «de forma implacable contra ellos».
«La amenaza está en su máximo nivel y hay que hacer todo para proteger a los franceses», dijo Valls, para quien las operaciones antiterroristas del jueves en varias localidades belgas contra presuntos yihadistas, en las que fueron abatidos dos sospechosos, «es una demostración de que Francia y otros países están sometidos a esa amenaza».
El jefe de Gobierno apuntó que no cree que haya un vínculo directo entre lo sucedido en Francia y los ataques de envergadura e inminentes que se estima que habían planeado los sospechosos, más allá de la voluntad común de los terroristas «de atentar» contra los «valores» occidentales.
En Francia, ocho de los arrestos, según detalló el canal de televisión «BFM TV», se produjeron en Grigny, ciudad a una veintena de kilómetros al sureste de París en la que había vivido durante su niñez y su juventud el terrorista Amedy Coulibaly, que mató a cuatro personas en un supermercado judío de París.
En el entorno de Coulibaly, se ha seguido en particular la pista de su mujer, Hayat Boumeddiene, que el pasado día 2 voló a Estambul, desde donde luego entró en Siria junto al hermano de un conocido yihadista que en julio de 2014 había sido condenado en Francia por su implicación en una red de reclutamiento de combatientes.
De hecho, hay elementos, como su teléfono móvil, que atestiguan que el propio Coulibaly estuvo en Madrid al menos el 1 y el 2 de enero y, de acuerdo con «Le Figaro», este coincidió en la capital española con ese yihadista, Mohamed Belhoucinne. El periódico añadió que se cree que este último ha también ido a Siria.
Por otro lado, la estación del Este de París fue evacuada esta mañana por una alerta de bomba. La región de París está en el nivel más elevado del plan antiterrorista Vigipirate, lo que se ha traducido en el despliegue esta semana de 10.000 militares y 4.700 policías y gendarmes suplementarios en toda Francia.