El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, aseguró este martes que la tarea más urgente ahora es reconstruir Gaza, que ha sufrido un grado de destrucción «más allá de la imaginación».
En una rueda de prensa ofrecida en Ramala, Abás agradeció a Catar y al secretario de Estado norteamericano, John Kerry, el papel desempeñado durante las negociaciones indirectas en El Cairo para lograr un alto el fuego permanente con Israel.
Durante su intervención, Abás apuntó que la ONU iniciará de manera inmediata el envío de ayuda humanitaria al enclave, duramente castigado durante la ofensiva israelí.
En una actualización reciente, el Ministerio de Sanidad en el enclave costero aseguró que la cifra de muertos alcanza los 2.120, en su gran mayoría civiles y una cuarta parte de ellos niños, mientras que el número de heridos rebasa los 11.000.
Según un informe difundido hoy por la UNRWA, la agencia encargada de los refugiados palestinos, en los 50 días que ha durado la ofensiva israelí en Gaza, 475.000 palestinos se han visto obligados a abandonar sus hogares y se han convertido en desplazados internos.
De ellos, cerca de 280.000 se albergaron en escuelas-refugio de la ONU, mientras que el resto buscaron alojamiento en edificios públicos como colegios u hospitales o fueron acogidos por familiares.
Su éxodo es el resultado de la destrucción total o parcial de 40.000 viviendas, de la demolición de 9.600 estructuras y de los daños que han sufrido otras 7.600, que necesitarán importantes trabajos para poder volver a ser habitables, denunció hoy la Organización para la Liberación de Palestina.
En los últimos días, quedaron reducidos a escombros dos de los edificios residenciales más importantes de ciudad de Gaza, de 11 y 13 plantas, respectivamente, en los que vivían un millar de personas y que también acogían locales comerciales y oficinas de medios, incluida la oficina del corresponsal de la Agencia EFE.
En total, según la fuente, 141 escuelas estatales y 136 de la ONU quedaron dañadas por los ataques israelíes por tierra, mar y aire, lo que impidió, junto a la situación bélica, que alrededor de medio millón de niños iniciaran ayer el curso escolar.
Además, diez hospitales también sufrieron daños, cinco de los cuales, además de 44 clínicas de atención primaria, fueron cerrados durante la operación y 16 ambulancias se vieron afectadas.
Durante el desarrollo de la operación, varias organizaciones de defensa de derechos humanos e informes de instituciones palestinas dieron la voz de alarma sobre la situación de crisis humanitaria «catastrófica» en la Franja.
La única planta eléctrica de Gaza detuvo sus funciones después de ser atacada por las Fuerzas Armadas israelíes, reduciendo drásticamente el suministro de electricidad a la población, que sólo dispone de entre cuatro y seis horas diarias de energía.
Los tendidos eléctricos provenientes de Israel y Egipto también se vieron afectados, al igual que el suministro de agua y las canalizaciones de aguas residuales, evitando que vecindarios enteros tengan acceso a este bien de primera necesidad y elevando el nivel de contaminación que actualmente sufre el mar Mediterráneo en la costa de Gaza.
Semanas atrás, expertos ya anunciaron que aunque no existe una cifra consensuada, el coste de la reconstrucción del enclave ascenderá a miles de millones de dólares, mientras que el tiempo necesario dependerá del fin o no del bloqueo en una Franja donde la electricidad es también un objeto de lujo.