La última moda entre los jóvenes norteamericanos es quemarse a lo bonzo. Se trata del reto del fuego (FireChallenge) y consiste en rociarse el cuerpo con alcohol o cualquier otro líquido inflamable y prenderse fuego. Posteriormente, las llamas son sofocadas por agua o por un extintor.
La práctica suele realizarse en el baño, dentro de la ducha, o cerca de una piscina en la que poder saltar tras quemarse.
Esta peligrosa práctica se ha hecho muy popular en las redes sociales, donde los jóvenes cuelgan sus vídeos.