El Ejército israelí aseguró ayer haber alcanzado con éxito un depósito de munición antitanque que se encontraba en las inmediaciones de un hospital en la Franja de Gaza, ataque que dejó cuatro palestinos muertos y cincuenta heridos.
De acuerdo con un comunicado castrense, «una investigación inicial sugiere que había un depósito de proyectiles antitanque almacenados en un vecindario aledaño al hospital Al Aqsa».
«Ese depósito fue exitosamente alcanzado por las fuerzas del Ejército israelí», precisa la nota, que acusa a Hamás de «emplear de forma sistemática viviendas, hospitales y mezquitas en Gaza» para desarrollar su actividad hostil.
Al menos cuatro personas murieron y otras cincuenta resultaron heridas en el ataque de las Fuerzas Armadas israelíes con fuego de artillería en el mencionado hospital en Deir Al Balah, en el centro de Gaza, según informaron fuentes médicas y testigos.
Centro médico
El portavoz del Ministerio de Sanidad, Ashraf Al Qedra, dijo que tanques israelíes estacionados en las proximidades de frontera, al este de la franja, lanzaron varias andanadas hacia el centro médico.
«Cuatro personas murieron y medio centenar fueron heridas, sanitarios, enfermeras y civiles entre ellos, a causa de los disparos», declaró Al Qedra a los medios. El Ministerio de Sanidad anunció que la cifra de fallecidos a última hora de la tarde de ayer ascendía a 548, entre ellos 120 niños, y que dos terceras partes de las víctimas son civiles. También han muerto 25 soldados de Israel en combates con milicianos y un civil israelí y un beduino alcanzados por sendos cohetes lanzados desde Gaza.
El Ministro de Sanidad palestino hizo un llamamiento a la comunidad internacional para recibir «ayuda urgente» debido «a la grave escasez de materiales médicos y medicinas que sufren cuando aún hay más de 3.300 personas en situación crítica».
Por otra parte, diez organizaciones israelíes defensoras de los derechos humanos pidieron a la Fiscalía General que instruya al Gobierno para que se abstenga de cometer violaciones del derecho de guerra internacional y reconsidere su política agresiva a la hora de aplicar las reglas de combate. Las organizaciones sostienen que «las acciones en las que no se puede distinguir entre combatientes y civiles deben ser evitadas».