Un cámara palestino murió este domingo, junto al conductor de una ambulancia, en un bombardeo del Ejército israelí contra el barrio de Shahaiya, uno de los más populosos de Gaza.
Jaled Hamad es el primer periodista que muere en un bombardeo cuando estaba trabajando en la Franja desde que el pasado 8 de julio el Gobierno israelí lanzara una ofensiva en la que ya han muerto más de 370 personas, en su inmensa mayoría civiles.
Al inicio del conflicto, un proyectil israelí ya impactó en un vehículo que estaba claramente identificado como prensa, muriendo su conductor y resultando heridos ocho personas.
La muerte de Hamad, que trabajaba como freelance, se produce pocas horas después de que el Gobierno israelí enviara un mensaje a los periodistas en los que les advertía de que no se responsabiliza de la seguridad de los informadores extranjeros que se hallen en el interior de Gaza.
El aviso, que hoy era objeto de comentarios por las decenas de medios presentes en la Franja, llegó al mismo tiempo que el Ejército israelí decidió anoche ampliar su incursión terrestre en la Fraja, donde ha intensificado sus bombardeos por tierra, mar y aire.
En solo 72 horas de incursión, han muerto ya cerca de un centenar de palestinos, en su inmensa mayoría civiles, 40 de ellos solo esta noche en un operación contra el barrio de Shahaiya, uno de los más populosos de la Franja.
Desde que el pasado 8 de julio la ofensiva aérea comenzara, más de 370 personas han perdido la vida, más de un 75 por ciento civiles, y entre ellas un centenar de niños.
«Gaza y las áreas cercanas son un campo de batalla. Cubrir las hostilidades pone a los periodistas en riesgo para sus vidas», se explica en una nota .
«En ningún caso, Israel es responsable de las heridas y los daños que se pueda producir como resultado de informar sobre el terreno», se añade.
El derecho internacional humanitario estipula que, además de la población civil, las partes en conflicto en una guerra están obligadas a proteger al personal médico, humanitario y a la prensa que trabaja.
Asimismo, los periodistas extranjeros que se encuentran en Gaza desde el inicio de las hostilidades entraron en la Franja con la acreditación que extiende el Gobierno israelí y previa autorización del Ejército israelí, al que hubo que enviarle un correo electrónico con todos los datos.
Una situación completamente distinta a la acaecida durante la operación de 2008/2009, en la que también hubo una incursión terrestre, en la que Israel bloqueó la entrada a la Franja durante sus bombardeos.
La oficina del Gobierno basa su alerta en su suposición de que los periodistas extranjeros «están siendo usados como escudos humanos por el movimiento islamista Hamas», una argumentación que Israel también utiliza contra la población civil gazatí.