El presidente estadounidense, Barack Obama, reconoció ayer que son necesarias «acciones militares inmediatas» en Irak para detener el avance de los yihadistas suníes que amenazan Bagdad y podrían empañar su legado en Oriente Medio. Obama aseguró que no descarta «ninguna opción» para ampliar el apoyo al Gobierno del primer ministro chiita, Nuri Al Maliki, que se ha visto sobrepasado por los rápidos avances de las milicias del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), que ya han tomado ciudades claves como Mosul y Tikrit.
«Lo que hemos visto en los últimos dos días indica que Irak va a necesitar más ayuda, de nuestra parte y de la comunidad internacional», explicó Obama en la Casa Blanca junto al primer ministro australiano, Tony Abbott, de visita oficial. «Serán necesarias ciertas acciones militares inmediatas y nuestro equipo de seguridad está examinando las opciones», indicó el gobernante, al que la oposición acusa de ser dubitativo y critica por no decidirse a intervenir en Siria y no hacer cumplir las «líneas rojas» que él mismo se marca.
El Gobierno estadounidense no considera un despliegue de tropas sobre el terreno, según el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, pero ya tiene de camino ayuda militar acordada previamente con Irak, que incluye cazas F-16 y helicópteros Apache.