El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, acusó ayer a agentes y fuerzas especiales de Rusia de provocar disturbios separatistas en el este de Ucrania, y dijo que Moscú podría estar preparando acciones militares como las que realizó en Crimea. Manifestantes prorrusos, que portaban armas, mantenían ocupados edificios del Gobierno ucraniano en Donetsk y Lugansk, dos ciudades del este del país, de habla rusa.
La policía puso fin a una tercera ocupación en una operación relámpago en la ciudad de Járkov, donde 70 personas fueron detenidas. Las autoridades ucranianas amenazaron con usar toda la fuerza que les permite la ley antiterrorista si los manifestantes no desalojan los edificios gubernamentales que mantienen ocupados en Donetsk y Lugansk.
Arsenal
Los ocupantes del sitio negaron la presencia de rehenes o de bombas, pero dijeron que habían capturado un arsenal lleno de rifles automáticos. Ucrania dice que la toma de edificios públicos llevada a cabo el domingo es parte de un plan dirigido por Rusia para desmembrar al país.
El mes pasado, Moscú se anexionó Crimea tras un referendo, realizado cuando las tropas rusas ya habían tomado la región. «Está claro que las fuerzas especiales y los agentes rusos han sido los catalizadores detrás del caos de las últimas 24 horas», dijo Kerry, agregando que eso podría servir de pretexto para «una intervención militar como la que vimos en Crimea». Más temprano, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, rechazó las acusaciones de Occidente.