El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció sanciones adicionales a una veintena de altos funcionarios rusos y amenazó con ir tras sectores como el energético si Moscú no detiene su escalada militar en Crimea, que teme se extienda al sur y este de Ucrania. Obama tardó tres días en ampliar la primera ronda de sanciones anunciada el lunes contra siete altos funcionarios rusos con una nueva lista que incluye a 16 miembros del Gobierno y cuatro personas del círculo más cercano al presidente ruso, Vladímir Putin, a quienes se congelarán activos que estén bajo jurisdicción de EEUU.
También congeló el capital y prohibió a ciudadanos y empresas operar con el banco ruso Rossiya, una entidad utilizada por miembros de la cúpula de poder rusa y que EEUU considera bastante expuesto a las medidas. Un alto funcionario de la Administración Obama calificó al Rossiya como el «banco de los amigotes» del círculo cercano a Putin.
Obama compareció en la Casa Blanca para asegurar que está «profundamente preocupado» por «los ilegítimos movimientos de Rusia para anexionarse Crimea y ante el peligroso riesgo de escalda, con las amenazas al personal militar en Crimea y al sur y este de Crimea».
Es el comienzo
«Este es solo el comienzo», dijo el alto funcionario estadounidense en su conferencia telefónica posterior, en la que agregó que las medidas contra políticos y contra la economía rusa se ampliarán si Rusia continúa elevando la tensión hasta el filo del conflicto, rechazando la mediación internacional y un diálogo directo con el Gobierno de Ucrania, prooccidental.
Moscú respondió con sanciones a Estados Unidos en represalia por la misma medida adoptada por Washington, coincidiendo con la visita del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, a la capital rusa. Rusia anunció una lista que incluye a nueve políticos estadounidenses de primera fila, entre ellos el senador John McCain; el presidente del Congreso, John Boehner, y el líder de la mayoría en el Senado de EEUU, Harry Reid, que tendrán prohibida a partir de ahora la entrada en este país.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, no tardó en reaccionar al anuncio para decir que «Rusia no se hará esperar» para responder a las medidas adoptadas en Washington. «No pueden quedar dudas: responderemos de manera adecuada a cada paso hostil», señaló a su vez el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso.