EEUU se mantuvo firme este domingo en su rechazo al referendo en la república autónoma ucraniana de Crimea, «ilegal» y celebrado a su juicio «bajo la amenaza de la violencia y la intimidación» de Rusia, y acusó al Kremlin de desestabilización, lo que hace prever sanciones inminentes contra Moscú.
«No se pueden tomar decisiones sobre el futuro de Ucrania sin el Gobierno ucraniano», advirtió la Casa Blanca en un comunicado suscrito por el portavoz del presidente Barack Obama, Jay Carney.
El referendo, en el que el 93 por ciento de los electores votó a favor de la anexión a Rusia, según sondeos a pie de urna, «es contrario a la Constitución de Ucrania» y la comunidad internacional «no reconocerá los resultados», destacó Carney.
Según Washington, esa consulta se realizó «bajo la amenaza de la violencia y la intimidación», dada la intervención militar rusa en Crimea desde hace semanas.
La Casa Blanca enfatizó que el referendo «no era necesario», puesto que el Gobierno interino de Kiev ha expresado su «voluntad de discutir el aumento de la autonomía de Crimea» y las elecciones presidenciales previstas para mayo ofrecerán una «oportunidad legítima» para que todos los ucranianos se pronuncien sobre el futuro del país.
«Las acciones de Rusia son peligrosas y desestabilizadoras», denunció también el Gobierno de Estados Unidos al recordar que Moscú ha iniciado «amenazantes ejercicios militares» en la frontera oriental de Ucrania y ha rechazado la presencia de observadores internacionales en Crimea.
En la actualidad «estamos mucho más allá de los días en que la comunidad internacional se mantenía en silencio mientras un país se apodera por la fuerza del territorio de otro», subrayó la Casa Blanca al llamar a la unidad en torno a la defensa de la soberanía e integridad territorial de Ucrania.
Poco antes del pronunciamiento de la Casa Blanca, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, habló por teléfono con el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, para reiterarle la postura de Washington y las advertencias si Moscú no da marcha atrás.
El jefe de la diplomacia estadounidense también transmitió a Lavrov su «profunda preocupación» por las «actividades militares rusas» en territorio ucraniano denunciadas ayer por Kiev.
Asimismo, Kerry enfatizó ante su homólogo ruso «el amplio proceso de reforma constitucional» iniciado en Ucrania e instó a Moscú a apoyarlo, dado que es «inclusivo y protege los derechos de las minorías».
De acuerdo con el Departamento de Estado, Kerry dejó claro a Lavrov que «esta crisis solo puede resolverse políticamente».
Tanto Estados Unidos como sus aliados en la Unión Europea (UE) están listos para anunciar sanciones contra Moscú este mismo lunes, cuando el Parlamento de Crimea prevé pedir al jefe del Kremlin, Vladímir Putin, la incorporación de esa república a la Federación Rusa, según adelantó el primer ministro crimeo, Serguéi Axiónov.
La semana pasada Obama ya aprobó, mediante una orden ejecutiva, sanciones contra funcionarios e individuos, algunos de ellos rusos, «responsables o cómplices en la amenaza a la soberanía y la integridad territorial» ucranianas.
«Estamos poniendo toda la presión posible sobre los rusos» para que hagan «lo correcto» en Ucrania, indicó hoy Dan Pfeiffer, un alto asesor de Obama, en el programa «Meet the Press» de la cadena NBC.
El asesor eludió decir si el mandatario evalúa dar ayuda militar al nuevo Gobierno interino ucraniano, como han pedido algunos senadores estadounidenses, y comentó únicamente que se están estudiando «todas las formas de asistencia».
Asimismo, Pfeiffer instó al Congreso a que apruebe cuanto antes un proyecto de ley de ayuda económica a Ucrania al que el Comité de Exteriores del Senado ya ha dado el visto bueno.
El debate en el Congreso sobre si vincular o no ese plan de ayuda a la ratificación de la reforma del sistema de cuotas del FMI ha ralentizado el avance de un paquete de 1.000 millones de dólares para Ucrania, cuya aprobación es improbable antes de final de mes.
En paralelo, varios senadores están pidiendo al Gobierno de Obama más firmeza en la relación con Putin.
La Administración de Obama «está creando un aire de permisividad», cuestionó el senador republicano Bob Corker en declaraciones a Fox News, al tiempo que su colega demócrata Robert Menéndez dijo a la misma cadena que Putin «solo entiende (el lenguaje de) la fuerza».
Por su parte, el senador republicano John McCain sostuvo en una entrevista con la cadena CNN que Estados Unidos necesita realizar una «reevaluación» de la relación con Putin, lo que a su juicio pasa por «tratarlo como lo que es», una persona «que cree en la restauración del antiguo imperio ruso».