Decenas de miles de personas salieron este sábado a las calles de Járkov, Donetsk, Odessa y Simferópol en Crimea para expresar su rechazo a las nuevas autoridades de Ucrania, que cumplen hoy una semana en el poder tras deponer en el Parlamento el huido presidente Víktor Yanukóvich.
Varios instituciones en las regiones rusoparlantes de Ucrania, en el Este y el Sur del país, se declararon en abierta rebeldía a Kiev incluso antes de que el Senado ruso autorizara hoy el envío de tropas a la república autónoma ucraniana de Crimea, de mayoría étnica rusa y base de la Flota rusa del mar Negro.
La asamblea municipal del prorruso Donetsk, patria chica de Yanukóvich, se negó este sábado oficialmente a reconocer al nuevo Gobierno ucraniano del primer ministro Arseni Yatseniuk y otorgó al ruso el estatus de idioma cooficial en la ciudad, según medios locales.
Los diputados también ordenaron la creación de una policía municipal «para protegerse de posibles agresiones por parte de las fuerzas radicales nacionalistas» ucrnianas y exigieron a las autoridades regionales la convocatoria de un referéndum sobre el futuro de Donbass, la región de minas de carbón en la que se encuentra Donetsk.
Alrededor de 10.000 manifestantes prorrusos eligieron a mano alzada a Pável Gúbarev, jefe de la Milicia Popular de Donbass, como nuevo gobernador popular de la región, según medios ucranianos.
Gúbarev lanzó un ultimátum a las autoridades regionales para que desobedezcan a Kiev y pidió a los manifestantes levantar un campamento frente a la Delegación del Gobierno.
En Járkov, la principal ciudad rusoparlante de Ucrania, un centenar de personas resultaron heridas en los choques entre manifestantes prorrusos convocados por el alcalde de esa ciudad, Guennadi Kersén, y los activistas del movimiento popular europeísta conocido como Euromaidán, leales a las nuevas autoridades ucranianas.
Tras unos enfrentamientos en los que se oyeron disparos, los prorrusos rompieron el cordón de los europeístas y tomaron la Delegación del Gobierno central en Járkov, sobre cuya puerta desplegaron enseguida una bandera rusa.
Más de 10.000 personas exigieron al nuevo Gobierno ucraniano la progresiva federalización del país, el archivo de las causas penales contra los policías que «cumplieron con su deber» durante los violentos disturbios de la semana pasada en Kiev, con cerca de cien fallecidos, y el reconocimiento del ruso como idioma cooficial.
Hasta 20.000 personas con banderas rusas en mano tomaron las calles de Odessa, en el sur del país, para rechazar el Gobierno de Yatseniuk y exigir a las autoridades locales que nombren un representante para negociar con la población de la ciudad.
Ucrania contiene el aliento a la espera de una posible intervención de las tropas rusas en Crimea, cuyo recién nombrado jefe del Gobierno republicano, Serguéi Axiónov, de la prorrusa formación Unidad Rusa, pidió hoy ayuda a Putin para «proteger» a la población de la península.
El líder del partido UDAR, Vitali Klitshkó, uno de los artífices del vuelco de poder que acabó hace una semana con el régimen de Yanukóvich, pidió hoy la movilización total de las tropas ucranianas tras conocer la decisión del Senado ruso, que autorizó el uso de las Fuerzas Armadas rusas en territorio de Ucrania.
A su vez, el presidente interino de Ucrania, Alexandr Turchínov, advirtió a Rusia que su comportamiento es una agresión directa a la soberanía del país.
Mientras, grupos armados que según Ucrania pertenecen a las Fuerzas Armadas rusas se han hecho ya con el control de objetivos estratégicos en Crimea, entre muchos otros el aeropuerto de Simferópol, la capital crimeana, un puesto de la Guardia de Fronteras en Sebastópol y una base antimisiles de las Fuerzas Aéreas de Ucrania.
Al mismo tiempo, un navío de desembarco ruso de la clase «Zubr», capaz de transportar marines y blindados pesados, entró este sábado sin distintivos en el puerto comercial de Feodósia, donde permanece atracado, según medios locales de esa localidad de Crimea.
Siete helicópteros de combate y ocho aviones caza violaron ayer el espacio aéreo de Ucrania, a tiempo que una columna de diez vehículos de transporte blindado rusos entró en Simferópol.
La Guardia de Fronteras de Ucrania ha declarado que sus navíos han salido a mar abierto en estado de alerta de combate para proteger objetivos militares ucranianos.