El Partido Comunista de China (PCCh) desveló ayer las esperadas reformas económicas y sociales que sus líderes acordaron en su plenario y que van desde la abolición de los campos de reeducación a la relajación de la política del hijo único o una mayor liberalización de la banca.
Las ambiciosas reformas también prometen una reducción de la aplicación de la pena de muerte o la relajación en los límites a la emigración rural a la ciudad.
En el caso de la abolición de los campos de trabajo (conocidos como laogai ) y la reducción de la pena de muerte, el PCCh asegura que son pasos adelante para «mejorar la protección de los derechos humanos» y también los sistemas de corrección, castigo y reinserción de delincuentes.
Torturas
Además, el país «trabajará para prohibir la obtención de confesiones mediante la tortura y el abuso físico» y se pedirá a los tribunales que sean estrictos y no acepten evidencias obtenidas ilegalmente.
En un país donde muchos abogados suelen ser perseguidos por su defensa de los derechos humanos, el PCCh señala que los letrados «jugarán un importante papel en la protección de los derechos legales y los intereses de los ciudadanos» y sus derechos a la práctica legal «serán protegidos».
La comunidad internacional y organizaciones de derechos humanos han criticado durante décadas al Gobierno chino por la imposición de trabajos forzados (en muchas ocasiones sin sentencia judicial), el extendido uso de la pena de muerte (también en delitos no violentos) o los abusos en la política del hijo único (abortos y esterilizaciones forzosas).