El nuevo presidente de Irán, el clérigo chií moderado Hasan Rohaní, reiteró ayer al tomar posesión de su cargo que tratará de mantener unas relaciones constructivas con el resto del mundo, mejorar la situación económica y resolver la cuestión nuclear durante su mandato.
Rohaní, que juró el cargo ante el Parlamento de la República Islámica para los próximos cuatro años, recordó en su intervención a las mujeres, discriminadas y dependientes de los varones en Irán, y dijo que su Gobierno intentará «atender sus demandas de derechos» y «crear oportunidades iguales» para ambos sexos.
Igualdad
En su discurso, Rohaní, que ha llegado a la Presidencia respaldado por los reformistas del régimen, reiteró las ideas que ha mantenido desde que presentó su candidatura y, respecto a las relaciones exteriores, recalcó que Irán mantendrá «una interacción constructiva y en pie de igualdad» con el resto del mundo.
«La transparencia es la llave para abrir las puertas de la confianza» con los demás países, dijo Hasan Rohaní, quien agregó que «no puede ser unilateral (...) en las relaciones bilaterales y multilaterales», con lo que pedía claridad en su relación con Irán a los estados occidentales. En relación con las sanciones internacionales impuestas a Irán por su programa atómico, en especial por EEUU y la UE, Rohaní insistió en que «no se puede vencer a los iraníes sometiéndoles a sanciones o amenazándoles con la guerra».
«Irán nunca ha buscado la guerra con el mundo y nos centraremos en refrenar a los belicistas», indicó en referencia a las advertencias de EEUU e Israel de usar la fuerza militar contra los iraníes para frenar sus actividades nucleares.