Los investigadores que están reconstruyendo los dispositivos utilizados en los dos atentados cometidos en Boston han identificado uno de ellos como una olla a presión de la marca española Fagor, cuyo coste en el mercado local ronda los 140 dólares.
Según los investigadores del FBI, el recipiente que contuvo la bomba, del que se han encontrado diversos restos retorcidos, es una olla a presión con mango de plástico de dicha marca.
Según una televisión local de Boston, los agentes federales se han puesto en contacto con la empresa del estado de Nueva Jersey Signature Marketing Group, por ser el distribuidor de Fagor en la región de Massachusetts.
Los restos de la olla, junto con jirones de la mochila negra en la que supuestamente se ocultó y un circuito integrado, baterías y cables del dispositivo, han sido enviados a los laboratorios del FBI en Quantico (Virginia) para su análisis a fondo.
La tapa de la olla supuestamente utilizada como bomba fue encontrada en la azotea de un edificio cercano al sitio donde se produjo una de las explosiones.
El modelo de olla tiene una capacidad de 6 litros, y en su interior se colocaron al parecer los componentes detonantes y metralla compuesta de clavos, rodamientos y otros trozos de metal para causar el mayor daño posible.
Explosivos caseros como los que estallaron en Boston el pasado lunes, que causaron la muerte de 3 personas y más de 170 heridos, son similares a los que han sido utilizados contra las tropas extranjeras en Irak o Afganistán.
Este tipo de bomba improvisada es uno de los preferidos de los militantes de la organización terrorista Al Qaeda y ha sido empleado en numeros atentados en Oriente Medio, el norte de África o el Sureste Asiático.
El recurso a la olla a presión figuraba en uno de los números de la publicación digital Inspire, vinculada a Al Qaeda, del verano de 2010, donde se daban instrucciones sobre «Cómo fabricar una bomba en la cocina de tu madre».
Pero también es una técnica muy apreciada por los grupos radicales americanos y neonazis que le han declarado la guerra al Gobierno de Washington.
Es de fabricación muy sencilla y no se requiere para su uso ninguna instrucción que no pueda encontrarse en el anonimato de internet, lo que facilita cualquier acción difícilmente detectable por parte de un «lobo solitario», como podría haber sido el caso de los atentados de Boston