‘Lobbys' económicos, sexuales y de tráfico de influencias a altísimos niveles, con verdaderos aparatos para enfangar a adversarios de carrera. Además de los dos cardenales electores que encubrieron a clérigos pederastas, en el próximo conclave entrará un informe ultra secreto, que con toda probabilidad ha constituido la gota que colmó el vaso de Joseph Ratzinger y que le animó a renunciar al cargo. La historia, revelada por el diario La Repubblica y la revista rival Panorama con el título «No fornicarás, no robarás», da un giro a las razones alegadas por Benedicto XVI para abandonar el papado.
Todo surgió cuando Benedicto XVI conoció las conclusiones del análisis que han hecho del ‘caso Vatileaks', en el que el mayordomo personal del Papa filtró documentos secretos y personales del Sumo Pontífice. A raíz de Vatileaks el Papa instituyó una comisión de tres cardenales para que realizase la contra investigación política.
Cardenal español
Se trata de tres cardenales ancianos: el español Julián Herranz (del Opus Dei), el eslovaco Jozef Tomko y el italiano Salvatore de Giorgi, que el pasado diciembre entregaron al Papa su informe final.
Según este informe, existe un ‘lobby homosexual' que organiza citas en la periferia y el centro de Roma; otro grupo que se dedicaba a crear y destruir carreras en el Vaticano y un tercer grupo, de carácter económico, que usaría fondos financieros para influir en la voluntad del gobierno vaticano. «Todo gira alrededor de la no observancia del sexto y séptimo mandamiento» (es decir, la no comisión de actos impuros y no robar).