El presidente francés, François Hollande, renovó el apoyo de Francia a Mali en su lucha por reunificar el país y en su esfuerzo por avanzar hacia la transición política, ante el fervor de miles de malienses que le agradecieron la intervención militar gala contra los rebeldes salafistas, hace hoy tres semanas. Asimismo Hollande no ha dado por concluida la ofensiva militar en el norte de Mali.
En su primera visita desde que el 11 de enero los primeros aviones y helicópteros franceses comenzaron a bombardear las posiciones de los combatientes salafistas que controlaban el norte del país, Hollande fue recibido en Tombuctú y Bamako por miles de personas.
Gritos
«Viva Mali, Viva Francia» y «Gracias Hollande», fueron algunos de los gritos que oyó a su paso en ambas ciudades y también las palabras que escuchó en varias ocasiones de boca del presidente de Mali, Dioncunda Traoré, que lo acompañó durante todo su periplo. Ambos políticos recorrieron hoy Sevaré, el centro de operaciones durante los primeros días de campaña, Tombuctú, la principal de las tres capitales de provincia que desde junio permanecían en manos de los radicales islámicos, y Bamako, la capital.
«En todas partes (me he encontrado con) el mismo clamor, el mismo fervor para decir viva Francia y viva Mali», dijo Hollande, que calificó el 10 de enero, el día en el que dio luz verde a la intervención francesa, como el día más importante de su vida política. Pero pese al rápido progreso de la operación «Serval», que en tres semanas ha logrado no sólo detener el avance rebelde, sino recuperar las ciudades de Gao y Tombuctú, Hollande advirtió de que los combates aún no han terminado.
«El terrorismo ha sido repelido, expulsado, pero todavía no ha sido vencido», dijo el jefe de Estado francés en la plaza de la Independencia de Bamako, junto a Traoré. Asimismo, insistió en que «los grupos terroristas han sido debilitados, han sufrido grandes pérdidas, pero no han desaparecido».