Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) iniciaron ayer su cumbre extraordinaria para negociar el presupuesto plurianual para 2014-2020 en un ambiente de profundo pesimismo y marcadas divergencias.
El presupuesto comunitario para los próximos siete años se sitúa en torno a 1 billón de euros, sobre los que Van Rompuy ha propuesto un recorte de 80.000 millones de euros, que es rechazado por excesivo por un amplio grupo de países (los pobres), mientras que otros lo consideran escaso como Reino Unido, Suecia u Holanda, entre otros.
Merkel
Las bilaterales o «confesionarios» sirvieron a Van Rompuy para saber hasta qué punto cada uno de los Jefes de Estado y de Gobierno está dispuesto a defender su postura y dónde podrían ceder, con el fin de revisar su propuesta inicial.
La canciller alemana, Angela Merkel, exigió anoche, en conversaciones previas a la cumbre de Bruselas, un recorte adicional de 30.000 millones de euros al presupuesto que ha presentado Van Rompuy. Alemania apuesta por un recorte adicional de 30.000 millones, pero socios como Reino Unido o Finlandia van mucho más allá en los recortes, en aras de la austeridad, en plena crisis económica.
Con la propuesta de Van Rompuy sobre la mesa, España podría dejar de recibir unos 20.000 millones de euros, que afectarían principalmente a las políticas agrícolas y de cohesión. Los líderes también han mantenido reuniones bilaterales entre ellos para intentar recabar apoyos a sus respectivas posiciones.