El presidente chino, Hu Jintao, advirtió ayer que si el Partido Comunista no lucha contra la corrupción afrontará «su caída y la del Estado», en su discurso de apertura del XVIII Congreso de esta formación, del que saldrán los nuevos dirigentes del país. En su discurso de una hora y media, con el que comenzó el cónclave quinquenal del Partido Comunista de China (PCCh) en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín, el jefe de Estado y secretario general de la formación enumeró los problemas que afronta el país, desde el desequilibrio económico entre las ciudades y el medio rural hasta cuestiones medioambientales.
Hu hizo especial hincapié en la lucha contra la corrupción, el problema que, según las encuestas, los ciudadanos consideran la mayor amenaza contra la estabilidad social en el país y que ha sido la cuestión de fondo en los escándalos que han rodeado los preparativos del Congreso este año.
Bo Xilai
El protagonista principal de estos escándalos ha sido el dirigente caído en desgracia Bo Xilai, al que el PCCh expulsó el pasado septiembre tras acusarle de corrupción grave, entre otros cargos, y cuya esposa ha sido declarada culpable del asesinato el año pasado del empresario británico Neil Heywood.
«La lucha contra la corrupción y la promoción de la integridad política, que son un importante tema político de gran preocupación para el pueblo, representan un compromiso político claro y de largo plazo del partido», advirtió Hu. «Si no somos capaces de manejar este tema bien, podría resultar fatal para el partido, e incluso causar el colapso del partido y la caída del Estado. Debemos, pues, hacer esfuerzos incansables para combatir la corrupción», dijo Hu en un discurso de casi dos horas.
Aparentemente en referencia a Bo, antiguo secretario general del PCCh en la ciudad de Chongqing (centro), Hu afirmó: «Tenemos que mantener en todo momento una postura bien severa en el castigo a la corrupción, investigar y sancionar resueltamente los casos de importante cuantía y gravedad y solventar los problemas de corrupción ocurridos ante los propios ojos de las masas. Castigaremos sin clemencia a cualquier persona involucrada, sea cual fuere su poder».