Alemania enterró ayer la posibilidad de que el Gobierno español pueda beneficiarse de forma retroactiva de la recapitalización directa y evitar así el impacto que esa inyección de capital tendría en las cuentas públicas de España, si bien hay líderes europeos que no se dan por vencidos todavía.
«No va a haber ninguna recapitalización directa retroactiva» para la banca española, afirmó tajante la canciller alemana, Angela Merkel, en la conferencia de prensa posterior a la cumbre europea, en la que explicó que la inyección directa de capital europeo «solo será posible en el futuro». Eso es, una vez que los ministros de Finanzas de la eurozona (Eurogrupo) hayan establecido los criterios operativos exactos para que la pueda efectuar el fondo de rescate europeo, el permanente Mecanismo Europeo de Estabilidad, MEDE, y se haya creado un supervisor bancario único «efectivo».
La canciller rechazó que las elecciones de su país en septiembre de 2013 hayan pesado en su mente para descartar la recapitalización directa para la banca española por la dificultad que supondría explicárselo a su electorado y ante el Bundestag (Parlamento alemán).
Justificación
«Ni se me ha pasado por la mente», afirmó. Merkel justificó su postura con el complicado proceso para establecer un supervisor bancario único efectivo, un prerrequisito para que pueda haber recapitalización directa, y con el hecho de que la banca española ya estará saneada cuando esté en marcha ese mecanismo.
El programa de ayuda europea de hasta 100.000 millones de euros, de los que España solo prevé pedir 40.000 millones, finalizará en junio de 2013.
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, dijo por su parte que para España «tampoco es la preocupación más importante» y que no le preocupa el efecto de las ayudas europeas a las entidades españolas en la deuda, pues éstas supondrían un 4% del PIB.