Al menos 58 personas murieron ayer tras hundirse un barco pesquero que transportaba a inmigrantes indocumentados ante las costas turcas, cerca de la ciudad de Esmirna, en el mar Egeo, según el vicegobernado Ardahan Totuk.
«Basándonos en la información ofrecida por los inmigrantes rescatados, hemos concluido que había 104 personas a bordo, dos de ellas tripulantes, y hemos rescatado a 46 personas con vida», detalló Totuk.
En la bodega
Confirmó que se ha contabilizado un total de 58 muertos, después de que los buzos trabajaran durante horas en la zona del naufragio, y que 43 cadáveres ya habían sido llevados a tierra, mientras continuaban las labores para trasladar el resto de los cuerpos sin vida que están en la bodega del barco.
Según las informaciones disponibles, todos los pasajeros se declaran de nacionalidad siria, iraquí o palestina.
Entre los muertos hay nueve niños y numerosas mujeres, explicó el gobernador del municipio costero de Menderes, Tahsin Kurtbeyoglu, mientras que entre los rescatados sólo se encuentran una mujer y dos niños.
Acorde a los salvados, la mayoría de las mujeres y niños intentaban resguardarse del frío en la bodega del barco, cuando sobrevino el desastre.
El barco aparentemente chocó contra un arrecife tras alejarse unos 50 metros de la costa.
Tras ser informadas por los rescatados, las fuerzas de la gendarmería turca lanzaron una operación y detuvieron a dos ciudadanos turcos a los que consideran responsables de embarcar a los inmigrantes.
Según los testimonios de los refugiados, éstos habían pagado a los dos organizadores para que les llevasen de forma clandestina a Inglaterra.