«Obama les prometió parar la crecida de los océanos y curar el planeta», dijo Mitt Romney mirando a la cámara, en alusión irónica a las prioridades ecológicas del actual Gobierno.«Mi promesa es ayudarles a ustedes y a sus familias», remachó entre aplausos el candidato del Partido Republicano a la presidencia de EE UU en las elecciones del próximo mes de noviembre.
EE.UU. necesita «empleos, un montón de empleos», aseguró, y se atrevió a prometer la creación nada menos que de 12 millones de puestos de trabajo.
El tándem formado por Romney, político y empresario de éxito, de 65 años, y el congresista Paul Ryan, de 42, lo apuesta todo a la economía, seguros de que la insatisfacción de los estadounidenses por la lenta recuperación del mercado laboral neutralizará el encanto que los electores siguen encontrando en Obama, según la mayoría de las encuestas.
Ante la plural familia conservadora, Romney habló en la noche del jueves por primera vez de su fe cristiana, aunque lo hizo para dejar claro que, por encima de la iglesia que uno frecuenta lo que importa es el ejemplo que da en el día a día.
Romney sólo mencionó de pasada los cinco elementos del plan con el que pretende crear esos 12 millones de empleos, si gana las elecciones.
Se basará, dijo, en la independencia energética de Norteamérica antes de 2020, la reforma educativa, la promoción del comercio, el apoyo al empresariado para asegurar «que sus inversiones en EE UU no desaparecerán como las de Grecia», y en la defensa de los pequeños negocios.