El primer ministro sirio Riyad Hijab desertó y se pasó al bando de la oposición que busca derrocar al presidente Bashar al-Assad, convirtiéndose en una de las deserciones de más alto perfil del Gobierno de Damasco.
Hijab, quien como gran parte de la oposición pertenece a la mayoría suní de Siria, no formaba parte del círculo íntimo de Assad, pero como el funcionario civil de más alto nivel en desertar, su partida representa un golpe simbólico a un «establishment» enraizado en la secta minoritaria alauita del presidente.
Su partida probablemente no tenga repercusiones sobre el control del poder de Assad, que está basado en el Ejército y un aparato de seguridad dominado por alauitas y que fue sacudido por un ataque con bomba el mes pasado que provocó la muerte de cuatro funcionarios, incluyendo a su cuñado.
La televisión estatal dijo que Hijad había sido despedido, pero una fuente oficial en la capital jordana, Amán, informó que el despido se dio luego de su deserción a la vecina Jordania con su familia.
«Anuncio hoy mi deserción de las matanzas y el régimen terrorista y anuncio que me he unido a las filas de la revolución de la libertad y la dignidad. Anuncio que a partir de hoy soy un soldado de esta bendecida revolución», dijo Hijab en un comunicado.
Khaled al Hbous, líder del Ejército Libre de Siria para la zona de los alrededores de la capital, dijo que sus combatientes habían ayudado a Hijab a huir del país, afirmando que habrá más deserciones.
El opositor Consejo Nacional Sirio dijo que dos ministros y tres generales del Ejército habían desertado con Hijab. Esa afirmación no pudo ser verificada inmediatamente.