Francia y Alemania quieren que los estados puedan restablecer los controles fronterizos internos de forma provisional cuando consideren que alguno de los países del espacio Schengen no consigue atajar un flujo masivo de inmigrantes.
Los ministros del Interior de Francia, Claude Guéant, y de Alemania, Friedrich, señalan en una carta que los controles fronterizos internos tendrían un carácter temporal, pero insisten en que la decisión de aplicarlos debe corresponder a cada país, no a la Comisión Europea, y que ese es «un punto no negociable».
«La prevención de las amenazas a la seguridad y al orden público corresponde a la soberanía nacional», subrayan los dos ministros en una carta enviada a la presidencia danesa de la Unión Europea y divulgada hoy.
Mecanismos
El mecanismo que proponen es para hacer frente «a la eventualidad de que un Estado miembro no pudiera respetar sus obligaciones» sobre el tratado de Schengen, y aluden en concreto a los problemas para luchar contra la inmigración irregular «en las fronteras del sur y del este de la UE».
El titular francés de Exteriores, Alain Juppé, fue más explícito y se refirió al caso de la frontera entre Grecia y Turquía, el mismo al que ya aludió a comienzos de mes el jefe del Estado, Nicolas Sarkozy, que habló de «coladero» para inmigrantes. De acuerdo con el esquema franco-alemán de reforma de Schengen, en una primera fase, la Comisión Europea se encargaría de la «detección precoz» de un flujo de inmigrantes ilegales y de coordinación de medidas de apoyo al país por el que estuvieran entrando. En el caso de que esas medidas «no bastaran para mejorar la situación del Estado en dificultades, los otros países podrían restablecer controles en sus propias fronteras durante un periodo no superior a 30 días.