Grecia está cerca de concluir la mayor reestructuración de deuda soberana de la historia, ya que todo indica que la gran mayoría de los inversores privados se han acogido al canje de bonos que en la práctica supone una condonación de 107.000 millones. A las nueve de anoche se cerró el plazo de inscripción en el registro de participación de la quita de la deuda griega con el Gobierno de Atenas seguro de haber logrado al menos el 66,7% necesario para sacar adelante el plan, requisito para que la UE apruebe el nuevo crédito de 130.000 millones que evite la bancarrota del país.
A falta de los datos oficiales, que serán publicados hoy, los medios griegos hablaban de una participación de al menos el 95%, suficiente para proceder a la quita e incluso para forzar a los acreedores reacios a someterse a ella a través de las llamadas Cláusulas de Acción Colectiva.
Sí masivo
«El proceso va bastante bien», aseguró un asesor del primer ministro Lukás Papadimos. Según el portal informativo In.gr, que cita una fuente del registro electrónico, los poseedores de 143.000 millones de euros de deuda griega se habían inscrito en el registro al mediodía de ayer.
Esa cantidad supone el 80,79% de los 177.000 millones de euros en deuda bajo soberanía griega (el resto está inscrito bajo ley británica y otras leyes fuera de Grecia) y el 70% del total de deuda a reestructurar (206.000 millones).
«Soy optimista respecto al hecho de que podemos lograr un acuerdo en las próximas horas», dijo en Río de Janeiro Charles Dallara, uno de los directores del Instituto Internacional de Finanzas, que representa a los intereses de la banca y cuyos socios se han sumado en masa a la quita.