Al menos 388 personas resultaron heridas ayer en el centro de El Cairo en los enfrentamientos registrados entre hinchas del equipo Al Ahly y miembros de las fuerzas de seguridad, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad.
El subsecretario de este departamento, Hisham Shiha, explicó que 266 personas fueron atendidas en el lugar de los choques, mientras que 122 heridos fueron ingresados en hospitales.
Los enfrentamientos han estado motivados por las acusaciones de que las fuerzas de seguridad consintieron la masacre del estadio de Port Said (noreste), en la que murieron el miércoles.
Gases lacrimógenos
La policía disparó gases lacrimógenos para tratar de dispersar a la multitud, mientras los manifestantes les lanzaban piedras.
Hermanos Musulmanes, cuyo partido Libertad y Justicia se hizo con la victoria en las elecciones parlamentarias, culpó a «una mano invisible» de los enfrentamientos violentos en Port Said.
Varios partidos políticos y responsables deportivos criticaron la falta de seguridad durante el encuentro y acusaron a los líderes del país de permitir -o incluso causar- la tragedia.
«Esto confirma que hay un plan invisible detrás de esta masacre injustificada. Las autoridades han sido negligentes», dijo el movimiento a través de un comunicado. «Sospechamos que algunos oficiales están castigando a la gente por su revolución, por restringir sus privilegios y por privarles de su capacidad para actuar como tiranos», agregó.
el primer ministro, Kamal el Ganzouri, anunció al Parlamento que el Gobierno había aceptado la dimisión del gobernador de Port Said, el general de División Mohamed Abdulá, y había destituido a los dos mandos policiales responsables de los agentes desplegados en el estadio de fútbol.
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