La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, padece un tumor en la glándula tiroides y será operada el 4 de enero próximo, anunció ayer su portavoz, Alfredo Scoccimarro.
La enfermedad de la jefa del Estado, de 58 años, fue detectada durante una revisión médica de rutina, indicó a los periodistas.
Scoccimarro, secretario de Comunicación Pública, subrayó que el tumor que padece Fernández no ha afectado otros órganos de la mandataria, quien tras la operación se tomará una «licencia por enfermedad» hasta el 24 de enero próximo.
«El pasado 22 de diciembre, durante la realización de estudios médicos de control rutinarios efectuados a la señora presidenta de la nación, se detectó la existencia de un carcinoma papilar en el lóbulo derecho de la glándula tiroides», indicó.
No hay metástasis
«En el día de hoy se efectuaron los estudios específicos y se constató la ausencia de compromiso de los ganglios linfáticos y la inexistencia de metástasis», agregó.
En este sentido, destacó que los médicos llegaron a la conclusión de que «la localización de la enfermedad se halla circunscrita» a la glándula tiroides.
«Habiéndose completado durante esta jornada la realización de los estudios prequirúrgicos correspondientes, se programó la intervención para el miércoles 4 de enero en el hospital Austral con un tiempo probable de internación de 72 horas y convalecencia de 20 días», indicó el portavoz presidencial.
Fernández, quien el 10 de diciembre pasado asumió su segundo mandato presidencial tras haber sido reelegida por un amplio margen en las elecciones del 23 de octubre pasado, será operada por un equipo médico encabezado por el cirujano y oncólogo Pedro Saco.
Durante su convalecencia, la jefatura del Estado será ejercida por el vicepresidente de la nación, Amado Boudou.
Cristina Fernández apareció ayer en público tras el anuncio de su enfermedad, asegurando que trabajará «con la misma fuerza de siempre», al tiempo que pidió el apoyo de «todos los argentinos» para seguir adelante con su proyecto de reducir la desigualdad social.
Fernández fue recibida con una fuerte ovación por los ministros de su gabinete y varios gobernadores reunidos en la Casa Rosada.