El grupo estadounidense AMR, que agrupa a las filiales American Airlines (AA) y American Eagle, se ha acogido finalmente y de manera voluntaria al capítulo 11 de la ley estadounidense de bancarrotas, por la que las dos aerolíneas quedan en suspensión de pagos.
En un comunicado, la compañía ha justificado que esta decisión se produce «con la intención de conseguir una estructura más competitiva en los costes y en su deuda» y por «el interés y el bien de sus accionistas».
Asimismo, el grupo estadounidense ha subrayado que durante este «proceso de reorganización», las dos aerolíneas continuarán operando con «completa normalidad», tal y como prevé la norma estadounidense.
De este modo, ni las reservas de billete, ni los programas de fidelización ni la condición de miembro en la alianza Oneworld se verán afectados, según han asegurado, mientras que los procesos legales en Estados Unidos no tendrán repercusiones fuera del territorio norteamericano.
«Esto ha sido una difícil decisión, pero es un paso necesario para que nuestras aerolíneas sean ahora más eficientes, competitivas y financieramente más fuertes», ha lamentado el nuevo presidente y consejero delegado de AMR, Thomas W. Horton, que sustituye desde hoy a Gerard Arpey, tanto en la presidencia de AMR como en la de AA.
Incluyen la reducción de «costes laborales»
Horton, que ha destacado que este «desafío» colocará al grupo estadounidense en una mejor posición a largo plazo, ha incluido la reducción de «costes laborales» en las reformas necesarias para fortalecer la estructura financiera de la compañía.
Asimismo, AMR ha recordado que AA es la única aerolínea estadounidense que no se había acogido aún al capítulo 11 de bancarrota en la última década, pero que se ha visto forzada a ello «por la incertidumbre e inestabilidad económica actual y por el precio creciente del combustible», que no le ha permitido ahorrar en costes.
No obstante, a pesar de que la compañía no ha declarado beneficios anuales desde 2007 y dice contar con una deuda de 11.900 millones de dólares (9.020 millones de euros), cuenta con aproximadamente 4.100 millones de dólares (3.075 millones de euros) en efectivo no restringido e inversiones a corto plazo, «destinados a asegurar el cobro de vendedores, proveedores y otros socios comerciales».
En octubre desmitieron la posibilidad de bancarrota
La noticia no ha cogido por sorpresa a los accionistas del grupo norteamericano, ya que el mes pasado, el 4 de octubre, comenzaron a propagarse rumores sobre una posible bancarrota, algo que hizo caer en un 33% las acciones de AMR Corporation en la Bolsa de Nueva York.
De hecho, ese mismo día, el portavoz de AA, Andy Backover, aseguró que acogerse al capítulo 11 de la ley de bancarrotas no se encontraba «ni entre los objetivos ni entre las preferencias» de la compañía.
«Sabemos que necesitamos mejorar nuestros resultados y que tenemos que tomar medidas de urgencia para lograr eso», admitió entonces.