El grupo de las veinte naciones más poderosas del planeta (G-20) prometió en la noche del jueves dar una respuesta «fuerte y coordinada» a los problemas por los que atraviesa la economía mundial y a las actuales turbulencias de los mercados.
En un comunicado consensuado durante una cena de trabajo de los ministros de Finanzas en Washington, el G-20 cita como desafíos los «riesgos derivados de las tensiones en los mercados de deuda soberana, la fragilidad del sistema financiero, la turbulencia en los mercados, el débil crecimiento económico y un inaceptable nivel de desempleo».
Estabilidad
Los ministros se comprometieron igualmente a «hacer todo lo necesario» para asegurar la estabilidad del sistema bancario y a aplicar las medidas prometidas en los planes de ajuste presupuestario.
La declaración del G-20, previa a la inauguración ayer en Washington de las asambleas anuales del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, se produce después de varias jornadas de enorme volatilidad en los mercados, provocadas por el temor a una nueva recesión a nivel mundial y a la posibilidad de que Grecia termine declarándose en suspensión de pagos.
La vicepresidenta y ministra española de Economía y Hacienda, Elena Salgado, participó en la cena de trabajo del G-20, que no tenía previsto inicialmente adoptar ninguna resolución hasta ayer. Según varios de los asistentes, la convicción de que se hace frente a una situación «grave» aconsejó la publicación del mensaje.
Los miembros del G-20, del que España es país invitado permanente, trataron en su agenda la regulación del sistema financiero y la situación macroeconómica internacional, según un comunicado.
Además, el G-20, encabezado por el ministro de Economía francés, François Baroin, y el gobernador del Banco de Francia, Christian Noyer, conversó acerca del impulso hacia un crecimiento sostenido y equilibrado, la reforma del sistema monetario internacional y la gobernabilidad global.