Al menos 18 personas han muerto en un atentado suicida que ayer devastó parte de la sede de la ONU en la capital de Nigeria, Abuya, en un ataque que se atribuyó, en una llamada a la BBC, el grupo radical islámico Boko Haram.
El comisario de la Policía Local, Mike Zuokumor, informó a los periodistas de que las cifras de muertos son, de momento, provisionales y que aún pueden variar, pues siguen las labores de rescate tras la explosión, provocada -según la ONU- por una bomba alrededor de las 10.30 horas.
Cuerpos atrapados
Trabajadores del Agencia Nacional de Gestión de Emergencias Nacionales indicaron que aún hay cuerpos atrapados bajo los escombros, según el periódico local «Daily Trust», y que varias decenas de personas resultaron heridas.
Fuentes del Garki Hospital de Abuya confirmaron a la agencia oficial de noticias nigeriana NAN que dos cadáveres fueron trasladados a ese centro, mientras que una tercera persona herida perdió la vida tras ser ingresada allí.
Alrededor de medio centenar fueron trasladadas al cercano National Hospital, confirmaron anteriormente por teléfono fuentes de ese centro hospitalario, que hizo un llamamiento a la población para donar sangre.
La manifestaciones de condena no tardaron en llegar, como la del presidente de Nigeria, Goodluck Jonathan, quien expresó su repulsa de ese «ataque bárbaro, sin sentido y cobarde».