El jefe de Estado yemení, Alí Abdalá Saleh, resultó ayer herido leve en un atentado contra el complejo presidencial en Saná, que también causó la muerte de siete oficiales de seguridad y lesiones a varios responsables gubernamentales.
En una grabación de audio transmitida anoche, el propio Saleh clamó venganza contra el jefe tribal opositor Sadeq al Ahmar y sus hermanos, a los que acusó del ataque.
El presidente prometió eliminar «las bandas» de Al Ahmar y les acusó de ocupar instituciones del Estado y ministerios, saquear bienes y de no tener ninguna relación con las revueltas populares.
Antes de la difusión del mensaje de Saleh, la oficina de Al Ahmar, líder de la tribu Hashed, negó en un comunicado cualquier implicación en el atentado y acusó al mandatario de orquestar el ataque para justificar los bombardeos a las viviendas de su familia.
Leve
Un ayudante del presidente que pidió el anonimato que Saleh sufrió heridas leves en la parte posterior de la cabeza por las esquirlas de un proyectil que alcanzó una mezquita en el interior del complejo presidencial, donde fue tratado el gobernante.
Un comunicado oficial, publicado por la agencia de noticias estatal Saba y que citaba una fuente de la Presidencia, indicó que Saleh se encontraba «bien y en buen estado de salud», pese a las heridas sufridas.
La nota explicó que «durante el rezo se perpetró un traidor ataque con un proyectil en la parte delantera de la mezquita justo cuando se encontraba allí el presidente acompañado de altos cargos del gobierno» y que sufrió heridas el imán del templo.