Al menos seis personas murieron ayer cuando tropas y miembros de las fuerzas de seguridad sirias reprimieron una protesta en la ciudad costera de Banias, un día después de que decenas de miles de personas tomaran las calles en varias ciudades para pedir la dimisión del presidente sirio, Bachar al Asad.
Las víctimas participaban en una marcha para protestar contra el corte de luz y agua en la zona, según el director de la Organización Nacional Siria de los Derechos Humanos (ONSDH), Ammar Qurabi, quien indicó que se produjeron también heridos y no descartó un aumento de la cifra de muertos.
Francotiradores
El activista dijo que a primera hora de ayer irrumpieron en Banias militares con tanques y miembros de las fuerzas de seguridad y que francotiradores se apostaron en algunos puntos de la ciudad.
Los miembros de las fuerzas del orden se desplegaron sólo en algunas zonas de Banias, al parecer barrios habitados por suníes, lo que, según el presidente de la Comisión Siria de Derechos Humanos, Walid Safur, «da a esta acción un carácter sectario».
La mayoría de la población siria es suní, pero el régimen está copado por la minoría alauí (una rama del chiísmo), a la que pertenece la familia Al Asad, y las protestas políticas han reavivado las tensiones sectarias por primera vez en décadas.
La ciudad se encuentra aislada y las comunicaciones telefónicas, la conexión a internet, la electricidad y el agua han sido cortadas.
Esta ciudad costera no es la única que permanece cercada por las fuerzas de seguridad; también están rodeadas las localidades de Sabka, Zabadali y Al Tel, en Damasco.