El Gobierno del presidente electo de Costa de Marfil, Alassane Ouattara, dio un ultimátum al mandatario saliente, Laurent Gbagbo, para que tanto él como sus seguidores «se entreguen en las próximas horas», con el fin de evitar «un baño de sangre» en Abiyán
«Costa de Marfil es una e indivisible. Gbagbo tiene unas horas para partir, si no habrá una marcha sobre Abiyán y será más complicado para él», afirmó el primer ministro del Gobierno de Ouattara, Guillaume Soro, en una entrevista a la cadena France 24.
Opinó que «la progresión (militar) debe continuar» y dijo que «el único objetivo es restablecer el veredicto de las urnas e instaurar la democracia» en el país. Aunque no quiso confirmar que los blindados de las tropas partidarias de Ouattara se dirigen hacia Abiyán para «no revelar la estrategia militar de las fuerzas republicanas», no escondió que el control de la capital económica «era el objetivo final de la ofensiva».
Reconocimiento
Soro añadió que el régimen del presidente reconocido por la comunidad internacional como vencedor de las elecciones del pasado noviembre ha sido contactado «por varios generales», cuya identidad no se ha facilitado «por razones de seguridad».
«No encontramos resistencia, sino adhesiones», aseguró Soro, quien explicó que «la única dificultad registrada ha partido de milicianos y mercenarios en Duékoué», al oeste del país.
Este viernes, dos días después de que el Consejo de Seguridad de la ONU adoptara una resolución en la que pide a Gbagbo que deje el poder a Ouattara, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, reunirá a su primer ministro, Francois Fillon, y a los responsables de Exteriores y Defensa, Alain Juppé y Gérard Longuet, respectivamente para tratar de la situación en ese país.
Por otra parte a ultima hora de ayer los «cascos azules» de la ONU tomaron el control del aeropuerto de Abiyán, la capital económica de Costa de Marfil, y están a cargo de su seguridad en el marco de una «operación más amplia para suplir el vacío de poder» que allí se vive.