Los ministros de Finanzas del G20 acordaron ayer establecer indicadores para medir y vigilar los desequilibrios financieros, por considerar que estos impiden una salida completa de la crisis económica mundial, y que permitirán tomar decisiones políticas para corregirlos. En una reunión que concluyó en París, los representantes del Grupo de los 20 decidieron establecer cinco áreas en las que en abril próximo se diseñarán directrices sobre las medidas a adoptar en cada país.
Aunque la amenaza de un fracaso, ante las reticencias de varios países emergentes -sobre todo China-, sobrevoló la reunión del G-20, finalmente los participantes en la misma lograron un consenso que, matizaron, tendrá en cuenta «las circunstancias nacionales o regionales». Pero las directrices «indicativas» que se tienen que aprobar en la próxima cita del G-20 en abril no incluirán «objetivos».
Los indicadores
Los indicadores que finalmente tuvieron en cuenta los ministros y gobernadores de bancos centrales del G-20 incluirán los datos de deuda pública y déficit fiscal, la tasa de ahorro y deuda privada y los desequilibrios externos. Estos observarán específicamente los desequilibrios comerciales, los flujos y transferencias netas de inversiones y tendrán en cuenta los tipos de cambio y las políticas monetarias y fiscales, precisó el comunicado final.
El diseño de estos indicadores tuvo especialmente en cuenta las presiones de China, que durante las horas previas al final de la reunión, hicieron temer por el fracaso de los objetivos que se había planteado alcanzar la presidencia francesa del G-20. La ministra gala de Economía, Christine Lagarde, subrayó la importancia de haber incluido la referencia a los tipos de cambio, a lo que se oponía China, aunque no se podrá influir en la política monetaria de Pekín.