La presencia ayer en la calles de Atenas de más de 5.000 policías y el bloqueo del acceso de vehículos al centro urbano no logró evitar los disturbios provocados por grupos de radicales que participan en las marchas para recordar el segundo aniversario del asesinato de un adolescente a manos de un agente.
Las brigadas antidisturbios dispersaron con bombas de sonido a unos 400 encapuchados que rompieron vitrinas de tiendas y de sucursales de bancos y destruyeron mobiliario urbano durante las manifestaciones de estudiantes y docentes.
En total, unas 10 personas fueron detenidas y tres resultaron heridas leves, según las últimas informaciones policiales.
Medios locales informaron de que grupos de radicales se estaban concentrando en el barrio de la Exarhia, el punto donde hace dos años cayó abatido el joven Alexis Grigorópulos, de 15 años, por los disparos de un policía.
La emisora Flash informó de que brigadas de antidisturbios se desplazaron a la zona para dispersar a los radicales, y que había vehículos ardiendo.
Otros grupos se congregaron ante el Parlamento para luego continuar hacia la Universidad, donde fueron dispersados por la policía con gases lacrimógenos, a lo que los manifestantes respondieron lanzando piedras.
Con piedras y palos
También se registraron enfrentamientos duros en la plaza Syntagma, cerca del Parlamento, donde los agentes respondieron con gases lacrimógenos a los ataques con piedras y palos de parte de los manifestantes violentos. Muchos comerciantes cerraron sus comercios para evitar que fueran dañados.
El asesinato de Grigorópulos, el 6 de diciembre de 2008, desató una ola de violencia sin precedentes que se extendió durante varias semanas e incluso se contagió a otros países.