El príncipe Guillermo, segundo en la línea de sucesión al trono británico, admitió ayer que sintió «un auténtico alivio» al poder compartir, finalmente, con todo el mundo la noticia del compromiso de boda con su novia, la inglesa Kate Middleton.
En una entrevista con la televisión pública británica, BBC, los novios se mostraron «ilusionados» ante la perspectiva de su próximo enlace, que se celebrará en primavera o verano del 2011.
«Estamos muy felices. Ha sido un auténtico alivio y es muy agradable poder contárselo a todo el mundo».
Guillermo confesó que le resultó «bastante difícil» mantenerlo en secreto «especialmente durante las últimas dos o tres semanas, por razones por las que teníamos que guardarlo para nosotros».
El primogénito de Carlos de Inglaterra y la fallecida Lady Di contó que aprovechó un viaje «romántico» a Kenia realizado el pasado mes para preguntar a la que ha sido su pareja durante los últimos ocho años si quería casarse con él.
Según la novia, el lugar y el momento fue «muy romántico y muy personal» aunque aseguró que «no se esperaba» que fuera a ocurrir cuando sucedió, mientras que Guillermo rehusó responder a la pregunta de si se arrodilló: «Eso permanecerá en secreto».
El príncipe también reveló que aunque se ajustó a la tradición real y se aseguró de tener el permiso del padre de la novia, Michael Middleton, planteó, primero, la gran pregunta a la propia Kate.
«Me sentí dividido entre preguntarle primero al padre de Kate, pero al darme cuenta de que realmente podría decirme que no, eso me echó atrás y pensé que si le preguntaba antes a Kate, él ya no me podría decir que no. Así que lo hice de esa manera. Y me las arreglé para hablar con Mike al poco tiempo de que ocurriera», explicó.
El anuncio del compromiso se retrasó debido al reciente funeral del abuelo paterno de Kate, Peter.
En la entrevista con la BBC, la novia mostró el anillo azul de zafiros y diamantes con el que le obsequió el nieto de Isabel II y que perteneció a su madre, la fallecida Diana de Gales.
«Pensé que sería bonito porque obviamente ella no va estar aquí para compartir toda esta diversión y emoción y ésta ha sido mi manera de tenerla cerca de todo lo que está ocurriendo», dijo Guillermo sobre la elección de la joya.
Los novios reconocieron también que tienen en mente formar una familia aunque, para eso, según apuntó el príncipe, «aún falta tiempo».
También recordaron su época de estudiantes en la universidad de St Andrews (Escocia), donde se conocieron y compartieron piso y el príncipe señaló que comenzaron viviendo juntos «como amigos, con otra pareja, y ahí empezó todo».
Además, Kate Middleton relató cómo Guillermo solía cocinar para ella en la universidad.
«Ahora me he vuelto bastante vago porque cuando llego a casa del trabajo, cocinar es lo último que me apetece», admitió él.
«Cuando estaba intentando impresionar a Kate, trataba de preparar cenas fabulosas y lo que ocurría -afirmó- es que se me quemaba algo, mientras ella estaba sentada intentando ayudar, y básicamente asumiendo el control de la situación».
Kate también rememoró el momento en que conoció a la familia real: «Estaba bastante nerviosa por conocer al padre de Guillermo, pero fue muy acogedor, muy agradable, no me lo pudo poner más fácil».
De la reina de Inglaterra, Isabel II, a la que conoció en una boda de la familia real, la novia de Guillermo señaló que la soberana «fue muy agradable».
Guillermo y Kate, ambos de 28 años, se prometieron oficialmente -aunque sin hacerlo público- este octubre durante unas vacaciones en Kenia, tras lo cual el príncipe buscó la bendición de su abuela, la reina Isabel II, para casarse, y pidió formalmente la mano de su prometida al padre de ésta, Michael Middleton.