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Elecciones de tinta y sangre en Afganistán

Miembros de la Comisión Electoral Independiente comienzan el recuento de votos iluminados por la tenue luz de las lámparas de gas. | Reuters - ANDREW BIRAJ

| Kabul |

El 40 por ciento de los electores afganos acudió ayer a las urnas para votar en los comicios legislativos, en una jornada electoral en la que perdieron la vida 42 personas en actos de violencia relacionados con la llamada al boicot de los talibanes.


Según el primer dato de participación, facilitado por la Comisión Electoral Independiente (IEC), un 40% de los electores acudió a ejercer su derecho al voto, aunque el cómputo corresponde sólo a 4.632 de los 5.816 colegios electorales de apertura prevista.


Colegios cerrados

La IEC había establecido originalmente 6.835 colegios electorales, pero renunció con antelación a la apertura de 1.019 de ellos por razones de seguridad, y las propias autoridades afganas reconocieron que carecen de presencia en nueve distritos.


«Decir que la seguridad está garantizada son palabras mayores. Se han tomado precauciones, más que nunca, pero sigue habiendo una gran preocupación», dijo poco antes de la apertura de los colegios el jefe de la misión de la ONU en el país (UNAMA), Staffan de Mistura.


Los talibanes recurrieron desde primera hora a atacar con proyectiles o bloquear un total de 150 centros de votación, y las autoridades notificaron 63 incidentes de disparos con armas pesadas, 33 explosiones, el descubrimiento de 29 artefactos explosivos y 32 minas, y un ataque suicida frustrado. En total, murieron durante el día por actos de violencia once civiles, tres policías, un militar y 27 supuestos insurgentes, mientras que 107 personas -entre ellas 45 civiles- resultaron heridas.


Las elecciones suponen una prueba formidable para la fiabilidad del régimen afgano, porque tienen lugar apenas un año después del fiasco de los comicios presidenciales, cuando cientos de miles de papeletas fueron anuladas tras demostrarse falsas.


En los últimos días han crecido de nuevo las voces que denuncian la impresión y compraventa de tarjetas falsas de votantes.

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