El ex presidente cubano Fidel Castro cumple este viernes 84 años, días después de protagonizar inesperadas apariciones en público tras varios meses de permanecer apartado de la vida pública, con las que ha intentado disipar las especulaciones que surgieron sobre su supuesto delicado estado de salud y su escasa influencia política en las principales decisiones de la isla.
Las apariciones de Castro en algunos eventos, en programas de televisión y su histórico discurso en el Congreso cubano -el primero en cuatro años- surgen en momentos en que la isla atraviesa una de las peores crisis económicas y en los que el Gobierno de su hermano, Raúl Castro, ha cedido a la petición de la Iglesia Católica de liberar a 52 presos políticos de la llamada Primavera Negra de 2003, una de las peores olas represivas que ha vivido Cuba.
Vestido con su uniforme verde oliva, el líder de la Revolución cubana ha sorprendido con su presencia en varios lugares de la isla en los que, si bien no ha hablado sobre las reformas anunciadas por su hermano Raúl desde que asumió el poder en 2008, ha intentando dar a entender que sigue teniendo una fuerte influencia política en las decisiones del Gobierno.
«Lo mío es decir las cosas y los acontecimientos para que cada cual decida», dijo Castro en una entrevista concedida a periodistas venezolanos en La Habana. «Los compañeros no son gente que yo deba llevar del dedo, de la mano a hacer las cosas y lo que quiero es que piensen», afirmó.
Renacimiento
El regreso a la vida pública de Fidel podría extenderse varias semanas. La apretada agenda que ha cumplido en el último mes y la euforia que ha despertado entre sus seguidores en la isla pueden interpretarse como un renacimiento del comandante, al que se le atribuyen todas las decisiones que se han tomado desde que se apartó de la Presidencia en 2006 para recuperarse de una enfermedad gastrointestinal.
El hecho de que cediera el poder de forma definitiva a Raúl en febrero de 2008 y de que se recluyera en algún lugar de la isla no representó un cambio de política en Cuba. Por el contrario, pese a que su hermano Raúl ha implementado reformas de tipo económico poco comunistas, la disidencia ha insistido en aseverar que la mano de Fidel siempre ha estado detrás de todo lo que se ha llevado a cabo.
Nacido en el pueblo de Birán, en la provincia de Holguín (este), hijo de un inmigrante español y una campesina cubana, Fidel ha visto pasar desde el triunfo de la Revolución en enero de 1959 a diez presidentes de Estados Unidos que han mantenido un férreo bloqueo comercial hacia la isla, como parte de su política para hundir al régimen castrista.
Si bien la caída de la Unión Soviética a principios de los noventa pareció ser el principio del fin de la Revolución, Castro logró superar estos obstáculos aunque esto haya significado un enorme sacrificio por parte de la población cubana.
Las crisis económicas, las constantes represiones contra la oposición y la falta de alimentos son sólo algunos de los motivos que han empujado a miles de cubanos a arriesgar su vida en el estrecho de la Florida pedir asilo en Estados Unidos y formar parte de la disidencia más fuerte que hace frente al Gobierno de los hermanos Castro.
Pero con la llegada de Hugo Chávez al poder hace una década, el régimen castrista tomó otro respiro. El mandatario venezolano ha suministrado importante ayuda a la isla, especialmente de tipo energético, lo que le ha permitido superar la terrible época de los apagones que dejaban sin luz durante horas a miles de personas en Cuba.
Desde que se ausentó del poder, Fidel Castro se ha dedicado a escribir sus llamadas «reflexiones» en las que ha dado a conocer su punto de vista sobre algunos acontecimientos internacionales y sobre su enemigo de siempre, Estados Unidos. En ellas, desde hace unos meses, se ha encargado de alertar sobre una posible «guerra nuclear» en caso de que los ejércitos «yanqui» e israelí invadan Irán, tema que ocupó diez minutos de su discurso del pasado 7 de agosto en el Parlamento cubano.