Las huelgas del sector público en Francia contra la reforma del sistema de pensiones entraron ayer en su cuarta jornada con un alto nivel de movilización, según indicaron representantes de los seis sindicatos que han convocado la protesta.
Las manifestaciones convocadas para ayer contra el cambio de la edad de jubilación de 60 a 62 años habrían alcanzado su objetivo de dos millones de participantes. La cifra, como ocurre en estos casos, contrasta con la que dan las autoridades, que sitúan en casi 800.000 los manifestantes en todo el país.
El secretario general de la CGT, Bernard Thibault, anunció que las protestas han reunido a «1,92 millones» de franceses, casi el doble del alrededor de un millón del anterior paro general, el pasado 27 de mayo.
Sin embargo, el Ministerio del Interior habló de 797.000 manifestantes. En la anterior protesta, el balance oficial fue de 400.000. El ministro de Trabajo, Eric Woerth, reconoció que la movilización fue «bastante fuerte» pero «ligeramente más débil que la de 2003».
«Reacción de alto nivel»
Thibault consideró que la movilización fue «de alto nivel». «Hacía falta una reacción a la altura del cuestionamiento de los derechos de jubilación», subrayó, incidiendo en que «lo menos que se puede decir es que la respuesta está al nivel necesario».
Por su parte, la ex candidata socialista a la presidencia Ségolène Royal reclamó la organización «por la izquierda y las fuerzas sociales de un referéndum de iniciativa popular para hacer fracasar» el proyecto de reforma de las pensiones del Gobierno.