Israel celebró durante toda la jornada de ayer el 62 aniversario de su establecimiento, que fue recordado con actos institucionales y municipales, aunque la mayor parte de la población lo festejó con barbacoas en todo el país.
La ceremonia que dio inicio a la jornada tuvo lugar en la noche del lunes en el monte Herzl de Jerusalén, donde se procedió al encendido de doce antorchas, símbolo de las doce tribus bíblicas de Israel, y que puso fin al día en recuerdo de los soldados y civiles muertos en el conflicto árabe-israelí la jornada previa.
En el acto, el presidente del Parlamento israelí (Kneset), Reuven Rivlin, enfatizó que Israel continuará construyendo en Jerusalén, que considera su capital «eterna e indivisible».
Polémica
«No pediremos disculpas por construir en Jerusalén, nuestra capital», afirmó Rivlin en alusión a la polémica abierta, en particular con EEUU, porque Israel continúa edificando en la parte este de la ciudad, donde los palestinos aspiran a establecer la capital de su futuro Estado.
El jefe del Estado de Israel, Simón Peres; el primer ministro, Benjamín Netanyahu, y el titular de Defensa, Ehud Barak, entre otros, participaron ayer en otro acto conmemorativo celebrado en la residencia del presidente en Jerusalén.
Este año, el Día de la Independencia coincidió con el 150 aniversario del nacimiento en Budapest de Teodoro Herzl, el padre del sionismo y referencia habitual en los discursos.
Las celebraciones en Israel se rigen conforme al calendario judío, por lo que la creación del Estado no se conmemora el día que se proclamó de acuerdo al calendario universal, el 14 de mayo.
El Ejército y los organismos de seguridad israelíes permanecieron en estado de alerta y los palestinos en Cisjordania y Gaza fueron sometidos a un cierre general en vigor hasta la pasada medianoche, cuando concluyó la celebración del Día de la Independencia (Yom Haatzmaut, en hebreo).
La conmemoración del 62 aniversario de Israel tiene un carácter festivo e incluye fuegos artificiales y exhibiciones militares.