La policía danesa detuvo ayer a 230 personas en una acción de protesta para intentar acceder al escenario de la cumbre del cambio climático de Copenhague y bloquear las sesiones. En el tumulto se produjeron cargas policiales y los agentes recurrieron al uso de gas lacrimógeno, perros y gas pimienta.
Miles de policías rodearon el palacio de congresos Bella Center, donde hasta el viernes se celebra la cumbre, con la consigna de impedir el acceso de los activistas en una acción que convocó a más de 2.500 manifestantes, una cifra menor que los entre 5.000 y 10.000 que la plataforma Climate Justice Action (CJA) esperaba.
El grueso de la manifestación, que contaba con permiso legal, partió de unos kilómetros al sur del centro de convenciones y donde se empezaron a concentrar cientos de personas desde primera hora de la mañana.
Varias decenas de activistas fueron arrestados durante el paso de la manifestación por una estación de metro cercana. Cuando los activistas llegaron a los exteriores del Bella Center, tras varios minutos de espera, la policía dio por disuelta la concentración hacia las 11.45 horas y procedió a cargar contra los manifestantes.
Decenas de delegados de ONG acreditados salieron del recinto del palacio de congresos para mostrar su apoyo a los manifestantes, aunque el intento de ambos grupos de unirse para convocar una asamblea popular paralela dentro de la cumbre se frustró por la presencia policial.
Por otra parte, las negociaciones de la Cumbre del Clima siguen sin avanzar, a pesar de que ya se encuentran en la capital danesa algunos jefes de Estado y de Gobierno y que hoy empezarán a llegar muchos más. Según fuentes de la delegación española, la desconfianza respecto al procedimiento para las conversaciones que está llevando a cabo la Presidencia danesa por parte de algunos países del G-77 (pobres y emergentes) así como las distintas posiciones dentro de este bloque están dificultando la consecución de un avance.