El Consejo de Ministros iraní aprobó ayer un proyecto de ley para la construcción de diez nuevas plantas de enriquecimiento de uranio, anunció la agencia semi-oficial de noticias local Fars.
Según la fuente, el Gobierno ha instado al organismo iraní de la Energía Atómica a presentar, en un plazo máximo de dos meses, el diseño de una decena de instalaciones con características similares a la planta de Natanz, donde Irán tiene, al parecer ocultas bajo la tierra, miles de centrifugadoras.
Además, ha pedido a la citada agencia iraní que desarrolle los estudios para la producción de combustible nuclear enriquecido al 19'5%, al nivel que dice necesitar para alimentar su reactor de investigación en la capital.
«En los próximos dos meses debe iniciarse la edificación de las cinco primeras y buscar la ubicación para las cinco restantes», explicó la fuente.
Fars detalla, asimismo, que la decisión fue adoptada durante una reunión especial del gabinete convocada por el presidente, Mahmud Ahmadineyad, a su regreso de una gira que le ha llevado a Sudamérica y Àfrica.
El mandatario argumentó que Irán necesita producir 20.000 megawatios de electricidad para cumplir los objetivos del cuarto plan de desarrollo nacional, y para ello necesita las referidas plantas, que estarían dotadas de un total de 500.000 centrifugadoras. El plan de Irán para la construcción de diez nuevas plantas de enriquecimiento de uranio representa «otra seria violación» de las «claras obligaciones» del país establecidas por múltiples resoluciones de la ONU, dijo ayer EEUU.
El portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, dijo en un comunicado que esa iniciativa «es otro ejemplo de la decisión de Irán de aislarse». «La comunidad internacional ha dejado claro que Irán tiene derechos, pero esos derechos llevan aparejadas responsabilidades», subrayó Gibbs.